martes, 21 de mayo de 2013

El Gato y Sus Efectos Terapéuticos





Cada cierto tiempo los medios de divulgación masiva dan cuenta de un nuevo estudio sobre la importancia de un animal de compañía para las personas de vida aunque autosuficiente, solitaria. Se insiste en que la presencia de ese animal —de preferencia gatos y perros— ayuda a las personas que viven solas a aumentar su autoestima y capacidad de relación con el mundo exterior a sí mismas, es decir, con los demás.

Este enésimo estudio sobre la interacción animal/hombre se refiere al humano que vive sólo, pero igual necesidad de la autoestima que necesita el enfermo angustiado, el anciano que aún se vale o el que vive en una residencia y se integra mal, el niño repudiado por sus compañeros en razón de alguna diferencia real o inventada, o el niño autista, el marginado por enfermedades socialmente repudiadas o incluso el preso.


La ficción literaria y cinematográfica ha dejado numerosas muestras de la autovalidación del ser humano a través de la relación con un animal, ya sea la dedicación a los pájaros de El hombre de Alcatraz cuyo protagonista, sin esperanzas de ser liberado se convierte en un célebre ornitólogo que consigue un mayor sentido de la libertad y una mayor capacidad de resolución detrás de las paredes de la cárcel que cualquier otra persona que se encuentre en libertad, o la simple admiración por un ratón listillo que se hace con los sentimientos de los hombres y carceleros más duros del corredor de la muerte en La Milla Verde.


La realidad deja casos a diario, casos que nada importan a la atención pública y que sólo conocen unos pocos implicados: en el mes de abril de 2003 un anciano enfermo de apoplejía en el Hospital de Cabueñes de Gijón sufría crisis de ansiedad que obligaban a tenerlo atado; en el momento que su hermano convenció a los médicos de que lo único que le pasaba era que echaba de menos a su gato y temía por su salud, dejaron que le llevaran al gato, lo acarició y al rato, pudieron soltarle.


¿Qué puede unir así a un ser humano y a su animal de compañía?, podemos pensar. ¿Simple cariño? Sí, cariño aunque es el cariño nacido del amor incondicional que el animal logra dar a través de una compañía continuada y sin exigencias, de horas de atender las letanías de quien vive o se siente solo sin reflejar en su mirada más opinión que aquella que su hablador quiere oír. Y todo ello a cambio de unos cuidados tan mínimos como fáciles para personas replegadas en sí mismas: comida, agua, caricias… tan válidas para uno como para otro.


Aunque pueda parecer reiterativo se desgranan a continuación los elementos beneficiosos que los animales generan en el ser humano y que se han estudiado desde la primera terapia con animales, llevada a cabo en Inglaterra en el Retreat (asilo), de York en 1792 para la modificación positiva del comportamiento, hasta la actualidad:

- Empatía con el animal, cuyos sentimientos son más fáciles de leer en su lenguaje corporal.

- Aumento de la autoestima al conseguir salir del ensimismamiento (mismicidad), para dialogar del animal (otredad).

- Relajación de la ansiedad al existir el animal como receptor de la emocionalidad que no puede proyectarse hacia el otro.

- Tranquilidad emocional de la relación al ser el animal alguien que acepta a la persona por sí misma, sin calificarla ni enjuiciarla, lo cual a la larga ayuda a la apertura a las opiniones ajenas sin prejuicios.

- El animal como elemento de distracción ante la parálisis emocional y física.

- Apertura a una emocionalidad más intuitiva en personas trascendidas por su propia racionalidad.

- Disminución del estrés por la vía del contacto y la caricia.

- El animal como elemento sociabilizador ya sea en la relación con otros poseedores de animales en el momento que se le saca de paseo ya sea con cualquier persona con la que el hecho permita acordar una conversación que se domina y no resulte necesariamente frustrante.

- El contacto físico con el animal (caricias y juegos), —contacto no siempre bien tolerado con otras personas —como relajante e introductor al contacto físico en general.

- Actividad física y motora a la que conduce ya sea la simple relación de caricia/sujeción del animal o su cuidado y atención completos.

- La vital sensación emocional de que algo une a la persona con el mundo a través del animal y evita su exclusión del mismo.

El gato de compañía





No es el objetivo de este protocolo juzgar las potencialidades en los diversos animales de compañía existentes, sino sólo de los gatos, de los que se puede decir que son independientes —aunque su grado de independencia dependa mucho de la relación que hayan tenido con el humano desde su estadio de cachorros —relajados, curiosos, atentos incluso a las necesidades emocionales de su humano, por lo que son idóneos para personas nerviosas que necesiten tranquilidad y relax.

El gato da amor y paz de una manera menos aparatosa que el perro, sin que eso signifique una valoración peyorativa hacia el perro, necesita menos cuidados y atención.


Los beneficios de que nuestro gato nos ronronee


Algunos de nuestros abuelos ya lo decían: que agusto se duerme con el gato. Pues resulta que según estudios realizados recientemente el ronroneo que emiten habitualmente los gatos tiene finalidades terapéuticas increíblemente beneficiosas, tanto para ellos como para los humanos.


A los mininos les ayuda a mantener sanos sus pulmones y corazón, ya que el sonido del ronroneo proviene del diafragma, emitiendo una vibración en todo su cuerpo que tonifica sus pulmones y  corazón; a los humanos la vibración del ronroneo próximo, beneficia nuestro sistema nervioso  facilitando la tonificación de nuestros músculos.

El cuerpo humano dispone de canales o meridianos, por donde circula la energía que nos llega del Cosmos y del Centro de la Tierra, por tanto, cuando nuestras emociones no están equilibradas, estas corrientes energéticas se distorsionan, atacando a los órganos y vísceras de nuestro organismo, es aquí donde los gatos juegan una labor muy importante para nuestra salud.

El gato es una animal especialmente intuitivo y a través de su gran intuición, se coloca donde  siente que la energía del ser humano no está equilibrada, es decir, donde puede que haya un exceso o déficit de energía o estancamiento. Con su ronroneo vibratorio ayuda a movilizar estas energías estancadas.

Así que, efectivamente, los abuelos una vez más tenían razón: que gusto da dormir cerca de nuestros queridos gatitos.


El gato como protector de su familia humana


Desde hace miles de años, se sabe que el Gato, es un animal misterioso. Diferentes culturas, lo han adoptado como Animal Sagrado, aunque al mismo tiempo, es odiado por muchos.

Desde el Antiguo Egipto, se les veneraba como dioses, considerándoles protectores de la familia. El nombre egipcio “gato” era  “Miw” (que significa “ver”). De hecho Los egipcios colocaban estatuas de gatos fuera de sus casas para impedir la entrada de espíritus malignos pues creían en su poder mágico y protector, ya que creían que el gato “todo lo ve”.


El gato siempre buscará los sitios de tu casa, que tienen energías negativas. Pueden ser cruces de aguas subterráneas, sitios donde hay una persona enferma que él ama, o respeta. El Gato es mágico. Si lo sabes comprender, te beneficiarás.


Cuando te sientas deprimido, háblale, acarícialo, y él absorberá toda la negatividad que tengas. No le hace mal, pues la transmutan. Todos los gatos tienen el poder de, diariamente, remover la energía negativa acumulada en nuestro cuerpo. En cuanto dormimos, ellos absorben esa energía.

Si hay más de una persona en la familia, y sólo un gato, él puede acumular una cantidad excesiva de negatividad al absorber energía de tantas personas. Cuando los gatos duermen su cuerpo libera la negatividad que eliminan de nosotros. Si estuviéramos excesivamente estresados, tienen tiempo suficiente para liberar tal cantidad de energía negativa, y consecuentemente se acumula como gordura hasta que puedan liberarla. Por tanto, ser vuelven gordos.


Es bueno tener más de un gato en casa para que la carga sea dividida entre ellos. Ellos también nos protegen durante la noche para que ningún espíritu indeseable entre en nuestra casa o cuarto mientras dormimos. Por eso les gusta dormir en nuestra cama.

Si consideran que estamos bien, no dormirán con nosotros. Si hubiera algo extraño pasando a nuestro alrededor, saltarían y nos protegerían. Si una persona viniera a nuestra casa y los gatos sintieran que esas personas están ahí para perjudicarnos o que son malas, los gatos nos rodearían para protegernos.


Bar de gatos

En la ciudad de Tokio es muy caro tener mascotas, eso sin mencionar que en algunos edificios, por cuestiones de higiene, está prohibido hacerlo. Es por ello que se han puesto de moda los cafés de gatos, donde los japoneses acuden a liberarse del estrés y a relajarse en compañía de los mininos. Sólo hay dos reglas: no se puede forzar al gato a ser acariciado y no se permiten niños.


En general, las mascotas nos vinculan de manera distinta con el mundo y con nosotros mismos, alejan los pensamientos oscuros y reducen la ansiedad. Esto se debe principalmente al contacto físico.

Particularmente los gatos tienen una suerte de imán para las caricias, es por ello que muchos terapeutas que trabajan con animales afirman que nos acercamos a ellos para encontrar una plenitud afectiva.


Fuentes:


domingo, 19 de mayo de 2013

Rinotraqueitis viral felina





Es una enfermedad infecciosa viral causada por el herpesvirus felino tipo 1. Afecta gatos de cualquier edad, pero se da más en el rango  comprendido entre las 6 y 12 semanas de vida. El virus se disemina rápidamente en poblaciones de gatos. Ingresa al organismo por vía bucal, nasal o conjuntival y produce destrucción de las células epiteliales respiratorias y oculares. Los individuos que superan la enfermedad quedan como portadores sanos durante varios años ya que el virus queda depositado en los ganglios nerviosos, principalmente el trigémino, cornetes nasales, tonsilas y paladar blando y son transmisores de la enfermedad. Además puede haber infecciones bacterianas secundarias que pueden complicar el cuadro viral.

Entre los factores predisponentes tenemos el hacinamiento, estrés, falta de vacunación y la infección por el virus de la leucemia o inmunodeficiencia felina. El período de incubación oscila entre 2 y 17 días.

Etiología

La rinotraqueitis felina (FRV) es causada por un herpesvirus tipo 1 (FHV-1) clasificado dentro de la familia Herpesviridae, subfamilia Alphaherpesvirinae. Es un virus DNA de doble hebra, con una envoltura lipoprotéica, lo que hace a este virus lábil a los desinfectantes y a las condiciones ambientales como ácidas, alcoholes. Se inactiva usualmente a las 18 a 24 horas a temperatura ambiente, pero la humedad y material orgánico pueden afectar su supervivencia.

Los FHV-1 pertenecen a un serotipo y todas las líneas son patogénicas. No hay reactividad ni protección cruzada entre el FHV-1 y el herpesvirus felino -2, aislados de casos de urolitiasis felina.

Este virus se ha identificado en todo el mundo. Afecta a los felinos rodeando el año de edad, pero los gatitos pueden afectarse a las 2 semanas de edad y en ocasiones nacer con la enfermedad, pero la mayoría de las infecciones ocurre entre las 5 a 8 semanas de nacidos.

No hay predisposición por sexo.

Transmisión 

Se transmite por aerosoles y por contacto directo entre gatos durante la enfermedad aguda, también lo transmiten hembras portadoras a sus gatitos.

Durante la enfermedad aguda se elimina el virus en grandes cantidades por descargas orales, nasales y oculares; pero no se elimina el virus por orina ni por heces. Por lo tanto, el gato se puede infectar por alimentos, platos y aguas contaminadas por este virus. Un gato enfermo elimina el virus por un período de 7 a 21 días post infección, después se recupera y lo elimina en forma intermitente, con bajos títulos por largos períodos. La localización del virus en los portadores sanos es en el ganglio trigémino.

El estrés juega un papel importante en la estimulación de la eliminación del virus en estos gatos portadores. Las hembras lactantes comienzan a liberar el virus 4 a 6 semanas postparto, lo que coincide con la pérdida de la inmunidad materna.

Patogénesis

Este virus tiene predilección por los tejidos respiratorios altos en animales maduros, pero en neonatos o fetos produce una infección generalizada. El virus FHV-1 replica mejor a temperaturas levemente bajo lo normal del felino y la infección ocurre en células epiteliales frías, como ser en las turbinas nasales y en la conjuntiva.

Comienza una infección local (epitelio oral, nasal o conjuntival), de ahí se disemina para involucrar el resto del epitelio respiratorio superior, llegando a involucrar el epitelio traqueal y a veces los bronquios y bronquíolos, pero no es causante primario de pneumonia intersticial viral.

Este virus puede producir necrosis e ulceración de las turbinas nasales con efectos marcados de osteolisis en los huesos de las turbinas.

La infección generalmente produce una infección superficial, pero puede desarrollar una viremia y producir una infección generalizada. Si ocurre una viremia generalizada, el virus se replica y produce necrosis en la región de crecimiento de las costillas y huesos largos como también en las turbinas nasales. También se ven áreas de necrosis e ulceraciones focales en la superficie dorsal de la lengua, pero es menos común que la producida por el calicivirus.

La regeneración del epitelio nasal ocurre como resultado de la infiltración leucocitaria mononuclear, la cual ocurre antes de la aparición, en circulación, de anticuerpos circulantes. La inmunidad local y los anticuerpos locales juegan un rol importante en mantener sano el epitelio nasal.

La infección vaginal no es tan común como las que ocurren en otras especies, en hembras preñadas produce vaginitis con eliminación de membranas rojas. Una infección ascendente resulta en una infección generalizada de los fetos, en hembras susceptibles expuestas al virus en la última etapa de la gestación. Estos gatitos nacen con signos de infección por herpesvirus generalizada, incluyendo rinitis, traqueitis, bronconeumonía y hepatitis necrótica.

Juegan un rol importante las infecciones secundarias bacterianas, ya que puede persistir por semanas una rinitis purulenta y sinusitis.

Este virus además, tiene predilección por el epitelio corneal produciendo una queratitis ulcerativa dendrítica. El virus infecta las células epiteliales corneales y en el proceso de replicación se destruyen estas células infectadas, formándose una úlcera dendrítica, después de 48 horas las úlceras dendríticas coalescen formando una gran úlcera irregular, la úlcera progresa y la presión de la cámara anterior provoca un desmetocele, es decir, la membrana de Descemet sale a través de la úlcera. La infección e inflamación involucra la cámara y los tejidos del ojo resultando una panoftalmitis, por lo tanto hay pérdida del ojo, sobretodo en gatitos jóvenes.

Los signos clínicos aparecen a los 3 a 5 días de expuesto al virus, y el curso de la enfermedad sin contaminación dura 5 a 7 días.

Signos clínicos 

El primer signo observado es un ataque agudo de estornudos, esto es seguido por una corta conjuntivitis con descarga ocular y rinitis nasal. En distintos grados aparece fiebre, anorexia y depresión.

La conjuntivitis generalmente comienza en forma unilateral, pero en pocas horas se compromete el otro ojo, con secreción serosa, la cual posteriormente se hace mucosa y luego mucopurulenta, también hay exceso de lagrimación y fotofobia. La infección de córnea por su acción citolítica produce una queratitis ulcerativa, con el subsecuente desmetocele y la perforación secundaria del ojo.

Conjuntamente desarrolla una rinitis, que al igual que la conjuntivitis, su secreción va cambiando de serosa a mucopurulenta, siendo esta tan espesa que le tapa los ollares por lo tanto el animal debe respirar con la boca abierta. En tráquea se produce una inflamación, con tos y exudado.

Cuando ocurre una estomatitis ulcerativa el animal presenta una excesiva salivación.

En hembras preñadas no inmunizadas produce aborto o bien los fetos nacen con una infección generalizada, donde se observa que el gatito llora continuamente, tiene una enfermedad respiratoria alta y neumonia y puede tener signos de necrosis hepática. Usualmente estos gatitos mueren a las 2 a 3 semanas de nacidos.

Las complicaciones de esta enfermedad es una sinusitis bacteriana crónica con descarga nasal purulenta en forma persistente.

Diagnóstico

Esta enfermedad se diagnostica fácilmente por los signos clínicos, pero diagnosticar exactamente al agente causal se debe hacer por laboratorio.

El diagnóstico de laboratorio se basa en el aislamiento del virus o por identificación de antígenos virales específicos en células nasales como conjuntivales mediante pruebas de inmunofluorescencia, o bien mediante citología donde se ven cuerpos de inclusión intranucleares en estas células.

En los exámenes hematológicos no hay anormalidades, hasta cuando comienza la infección bacteriana secundaria que provoca una leucocitosis.

Cambios anatomopatológicos
Los más importantes se encuentran a nivel del sistema respiratorio alto, donde se observan las úlceras de las turbinas y las oculares.

Tratamiento

El tratamiento es sintomático o de soporte, es decir con antibióticos de amplio espectro y antivirales oculares si esta infección es muy severa.

Prevención y control 

Vacunas: Existen vacunas de virus inactivado, atenuado o vivo modificado.

Desinfección: Este virus es sensible a todos los desinfectantes comunes.

El calicivirus felino pertenece a la familia Caliciviridae, originalmente llamada Picornaviridae.

Es un virus desnudo, es decir sin envoltura lipoprotéica, lo que lo hace resistente a los desinfectantes lipotrópicos. También es moderadamente resistente a las condiciones ambientales y sobrevive varios días en objetos contaminados.

Es un virus ARN cuya replicación ocurre en el citoplasma de células epiteliales del tracto respiratorio superior, conjuntiva, lengua tonsilas y en los alvéolos pulmonares.

Por estudios actuales se ha concluido que este virus tiene múltiples subtipos con una gran variedad antigénica.

Transmisión

Esta ocurre primariamente por contacto directo con gatos infectados agudamente, pero la infección se mantiene en el ambiente por los gatos portadores sanos.

En la enfermedad aguda el virus se elimina por secreciones orales y nasales y ocasionalmente fecales; contaminando así platos, agua, ropa, etc.

Los anticuerpos aparecen en el suero a los 6 a 7 días post infección, estos anticuerpos neutralizan al virus y disminuyen su multiplicación en los pulmones y en otros tejidos, excepto en las tonsilas, manteniéndose aquí con títulos altos por varios meses.

Patogénesis

La incubación es corta, puede ocurrir un día febril, observándose síntomas ya al tercer día. El curso de la enfermedad es de 5 a 7 días, aunque algunas líneas producen signos sólo por dos a tres días. El animal se recupera y queda como portador sano por varios meses, incluso años.

La entrada del virus es por la orofaringe, produce una réplica rápida y se disemina rápidamente a otras células epiteliales. Algunas líneas virales bajan directamente por el tracto respiratorio o bien vía viremia infectan los pneumocitos alveolares. Puede ocurrir una necrosis de ellos dentro de las primeras 12 horas.

A veces produce una enteritis y una artritis.

Signos clínicos

Los signos van a depender de la línea viral, de la edad del gato y si coexiste con otra enfermedad.

En el sistema respiratorio alto produce una descarga serosa moderada tanto ocular como nasal por unos pocos días. La mayoría de las líneas producen cierto grado de neumonía, pero casi siempre es transitoria, sin embargo, hay líneas que provocan una severa neumonía intersticial con 30% de mortalidad, siendo muy difícil de diagnosticar tempranamente.

La forma ulcerativa es común y puede ocurrir sola o en combinación con las otras formas de presentación de este virus. Las úlceras ocurren en la lengua, el paladar duro, en las mandíbulas, en la punta de la nariz y raramente en la piel alrededor de las garras. Lo más típico son las úlceras de 2 a 5 mm, circulares en el dorso de la lengua, primero son vesículas que se rompen rápidamente eliminando un líquido seroso-coloreado; estas duran 7 a 10 días si no hay complicaciones. En cambio las úlceras del paladar tienden a ser áreas necróticas

Ciertas líneas, además de la fiebre, anorexia, depresión y úlceras orales, producen un cuadro de artritis aguda, en el cual el gato se rehúsa a mover, ya que presenta mucho dolor en las articulaciones de los miembros. Esta manifestación generalmente ocurre en gatos jóvenes.

Diagnóstico

Se puede diagnosticar por los signos clínicos, pero es mejor indicarlo como una "enfermedad respiratoria viral" ya que es difícil en algunos casos diferenciarlo de la rinotraqueitis.

Laboratorio 

Se puede realizar por aislamiento viral, o por demostración de seroconversión. La muestra para el aislamiento viral debe ser de orofaringe o de pulmón en caso de muerte. Los títulos de anticuerpos no son altos después de la exposición al virus, por lo tanto se deben tomar dos muestras separadas por dos semanas.

Patología: Fallecen generalmente por neumonía intersticial y en forma brusca, por lo tanto no hay otras lesiones a la necropsia.

Tratamiento

Se realiza un tratamiento de soporte y con antibióticos de amplio espectro. Los antivirales no se han visto que sean efectivos.

Desinfección

Este virus es más resistente a las condiciones ambientales, los desinfectantes de utilidad son hipoclorito de sodio y sustitutos fenólicos.

Autor (Es):

Muñoz A., Loreto, Dra.(M.V.)

Clínica de Pequeños Animales Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile.

Cita: Muñoz A. Loreto. Enfermedades virales felinas – parte I. TECNO VET: Año 7 N°1, marzo 2001.

Fuentes:

sosgatitos infogranja.

martes, 7 de mayo de 2013

Métodos para administrar una pastilla a tu gato











Puede parecer imposible que un gato se coma una pastilla La primera vez que nuestro gato se pone enfermo y el veterinario nos manda unas pastillas para darle, pensamos ¿como se la doy para que la trague? Aquí, algunos  trucos sugeridos por veterinarios para que sea más fácil darle una pastilla a un gato.


Método por detrás

1-Haz que tu gato mire hacia el frente, y tú arrodíllate detrás de él. Coloca tu mano izquierda debajo de su garganta y con tu mano derecha sostén la pastilla y acaricia su cuello, aplica un poco de presión con el pulgar y tu dedo índice de tu mano izquierda en los costados de su boca.
Cuando se abra su boca, lanza la pastilla lo más profundo posible, cierra su boca y acaricia su garganta, manteniendo su boca cerrada hasta que veas que se la traga.
Rompe la pastilla hasta que sea polvo.

2- Mézclala con comida enlatada (lo mejor es con comida sabor pescado).

3- Asegúrate de revisar con tu veterinario. Algunas pastillas deben de digerirse lentamente y el método de la pastilla en pedazos puede ser una dosis muy concentrada.

Método de esconder la pastilla.

1- Esconde la pastilla dentro de un bocadillo especial para tu gato. Consulta con el veterinario si la pastilla es compatible con el bocadillo. El queso crema es lo mejor que puedes utilizar, pero también puedes intentar con comida para bebés. Las salchichas de hígado funcionan con los gatos que las comen.

2- Acostumbra a tu gato dándole unos bocadillos antes de darle la pastilla.

3- Deja que el gato coma el bocadillo con la pastilla en el plato o en tu mano. Debido a que el gato va a estar muy emocionado, nunca sabrá que se comió una pastilla.

4- Si el gato no se come la pastilla entera, intenta quebrarla. Consulta con el veterinario si se puede quebrar la pastilla, antes de intentar esto.

5- Coloca la pastilla en una cuchara de metal.

6- Coloca otra cuchara de metal encima de la pastilla y presiona con fuerza.

7- Quiebra la pastilla y junta el polvo con la otra cuchara.
Existen unos aparatos especiales para romper pastillas disponibles en las tiendas de mascotas.

8- Mezcla el polvo con un poco de comida para gatos, bocadillos o cualquier líquido. El líquido de la comida para gatos también sirve.

Método de envolver al gato

1- Rellena una jeringa (sin la aguja) con unos milímetros de agua. Tenla lista.

2- Envuelve a tu gato con mucho cuidado,en una toalla para que se sienta seguro y evitar que te rasguñe.

3- Abre la boca del gato presionando los costados de su boca con el pulgar y el índice.

4- Mueve su cabeza un poco hacia atrás con una mano y lanza el pedazo de la pastilla dentro de su garganta con la otra.

5- Apunta la jeringa a su garganta e inyecta un poco de agua.
Los gatitos pequeños no son lo suficientemente fuertes para rechazar las pastillas y se acostumbrarán a este método con facilidad.

6- Mantén la boca de tu gato cerrada y acaricia su cuello (esto le facilitará tragar la pastilla) hasta que sientas que ya trago la pastilla completamente (si lograste alojar la pastilla lo suficientemente profundo en su garganta, se la habrá tragado automáticamente). También puedes soplar levemente en la nariz del gato después de cerrar su boca, esto lo forzará a que trague la pastilla.

7- Si el gato empieza a lamerse la nariz, es muy probable que se haya tragado la pastilla.

Método de la silla

1- Consigue una silla que tenga soporte lumbar.

2- Rellena una jeringa (sin la aguja) con unos cuantos mililitros de agua. Tenla lista.

3- Levanta a tu gato y después acarícialo (puedes acariciar su pelo detrás del cuello).

4- Viendo de frente la silla (con el asiento alejado de ti), pon tu gato abajo, hasta que sus patas estén descansando en el soporte lumbar de la silla mientras lo agarras.

5- Asegúrate de que sus piernas traseras estén colgando.

6- Debido al ángulo en el que está, tu gato estará colgando mientras lo sostienes, debe de estar viendo hacia arriba con su boca un poco abierta.

7- Toma la pastilla con la mano y empújala en su garganta, detrás de su lengua. Asegúrate de hacerlo con la fuerza suficiente, puede que el gato oponga resistencia. Si estas tocando algo que no sea su garganta, te pasaste de largo, o dependiendo del peso del gato, te quedaste muy corto. Debido al ángulo en el que está tu gato, se tragará la pastilla instantáneamente. Este paso requiere de algo de práctica, pero después de practicarlo muchas veces, podrás hacerlo sin dificultad.

8- Apunta la jeringa en la garganta de tu gato y rocía un poco de agua.


¡No olvides premiar a tu gato!


  • No olvides darle un poco de agua después de tomarse la pastilla. Esto asegurará que tu gato se haya tomado la pastilla y le aliviará mucho dolor a tu gatito.
  • Entrena a tu gato desde pequeño para que tome pastillas sin problemas. Puedes utilizar un método de práctica y después darle la pastilla verdadera cuando la necesite.
  • Cubre la pastilla con un poco de margarina, esto cubrirá el sabor de la pastilla y la lubricará para que el gato pueda tragarla sin problemas.
  • Siempre premia a tu gatito con mucho amor, besos y abrazos después de que se tome la pastilla. Los bocadillos de premio servirán mucho después de tomarse la pastilla.
  • Cubrir la pastilla en queso crema es lo mejor, debido a que la pastilla se mantendrá en su lugar con el queso. La mayoría de los gatos aman el queso crema pero no deben de comerlo. Una vez que el queso crema entre en su boca, estará pegajosa y será difícil escupir la pastilla. 
  • El atún funciona bien, los gatos aman el atún. Algunos pedacitos de carne y pollo también sirven.
  • Cortar un poco de queso e insertar la pastilla dentro también sirve.
  • Algunos gatos aman la crema de maní. Como el queso crema, también es pegajoso y no podrá escupir la pastilla fuera de su boca. Procura que sea solo una cantidad pequeña de mantequilla de maní porque podría ahogarse tu gato.
  • Los veterinarios también usan una bolsa de plástico abierta y un dispensador de pastillas de plástico para poner la pastilla en la boca del gato. Esto hace que sea más fácil darle la pastilla a tu gatito.
  • Los veterinarios también utilizan jeringas (sin aguja) vacías para administrarles las pastillas quebradas a tu gato con un poco de agua (5 ml).
  • Si ninguna de estos consejos funciona, mezcla la pastilla con queso crema y pon la mezcla en la pata del gato. Tu gato se lamerá la pata instantáneamente y se tomará el medicamento.
  • Si hay otros gatos alrededor, procura que no se coman el bocadillo, mientras estás intentando darle la pastilla al gato. Tal vez vayas a necesitar tener un plato separado con comida para los demás gatos, para que no haya conflicto.
  • Si estás colocando tú mismo la pastilla en su boca, observa con cuidado al gato porque podría escupirla hacia fuera.

Tienes que saber que es necesario que los gatos tengan la cabeza para atrás cuando les das una pastilla, para que su nariz este viendo hacia arriba y la garganta este en posición vertical; esto crea una reacción para que pueda tragar el gato. Es difícil conseguirlo al principio, pero encontrarás como hacerlo después de intentarlo una o dos veces. Agarra su cabeza firmemente cuando intentes este método, hasta que trague la pastilla. 


Otra forma es lanzar la pastilla en su boca, cerrarla y mover su cabeza hasta que la trague. Puedes intentar lubricar la pastilla con comida suave o con mantequilla para que la trague con facilidad.

Si tienes más preguntas, puedes consultar con tu veterinario.


Fuente: wikihow


jueves, 2 de mayo de 2013

Primeros auxilios para gatos








El gato por su naturaleza es un animal demasiado curioso. Por lo tanto están propensos a padecer de accidentes tanto dentro como fuera del hogar. La diferencia estará en la manera como las personas podamos enfrentar estas situaciones. Tal vez el documento les parezca un poco largo, pero sobra decirles, que si se trata, de la salud de nuestro amigo de cuatro patas.

Si algo caracteriza a los gatos es su curiosidad, una cualidad que los convierte en animales aventureros y fisgones y que, en ocasiones, puede exponerles a peligros como caídas, heridas, etc. Aunque, en estos casos, será el veterinario el encargado de tratarle y curarle, es aconsejable conocer una serie de primeros auxilios para tomar las primeras medidas si nuestro gato sufre alguno de estos percances y así evitar que la situación empeore.

Sucede sin avisar. Tu gato va persiguiendo su juguete favorito cuando tumba el florero y le cae encima, rompiéndose en pedazos. El minino, asustado busca refugio pero lo que necesita es atención médica que trate sus heridas en lo que llegas al veterinario. ¿Tienes los materiales necesarios?

Si bien siempre deber seguir el consejo de un veterinario, existen ocasiones en que necesitaras actuar de manera rápida para poder ayudar a tu mascota.

No siempre es posible prevenir los accidentes (por eso se llaman accidentes), pero si estás  preparado, podrá evitar que un pequeño problema se agrave.

Es conveniente tener un botiquín de primeros auxilios en casa. Puedes adquirirlo en cualquier tienda de artículos para animales de compañía o prepararlo tú mismo.

Entre muchas otras cosas, a los gatos se los conoce por tener siete vidas, pero jugarse muchas de ellas con un día a día no exento de peligro. Hay numerosas amenazas a las que un gato se expone constantemente, en especial si se le permite salir a la calle, por lo que nunca está de más tener a mano una serie de consejos básicos que podrían llegarle a salvar la vida, en caso de verse en peligro ¡Ni Dios lo quiera!.

Si nuestro gatito sufre un accidente, es fundamental que mantengamos la calma y actuemos con rapidez, procurando llevarlo a la clínica veterinaria lo más rápido posible.


Equipo de primeros auxilios para tu gato


El tener un equipo de primeros auxilios es básico. Tanto para tu familia como para tus mascotas. Estar preparado puede ser la diferencia entre una pronta recuperación o una larga espera en el hospital.

No tienes que tenerle un equipo separado al gato. De hecho, muchos de los materiales son los mismos que utilizamos nosotros. Lo importante es tenerlos todos juntos, seguros y con fecha de expiración mantenida. De nada sirve una crema antibacteriana expirada. Coloca los materiales en una caja plástica con una tapa que cierre al vacío; también puedes utilizar un bolso con buen cierre y guárdalo en un lugar de fácil acceso.

Puedes comprar un bulto con todos los materiales en cualquier farmacia pero también puedes crear el tuyo propio.

Debes tener en el equipo:

  • Linterna o lámpara portátil con sus baterías específicas: Cambia las baterías a menudo para asegurarte de que cuando las necesites, estén cargadas. 
  • Tijeras, preferiblemente con punta redondeada.
  • Bolas de algodón.
  • Pinzas.
  • Gasa esterilizada.
  • Crema antibacteriana.
  • Agua oxigenada.
  • Alcohol isopropílico.
  • Ungüento de hidrocortisona.
  • Guantes de látex.
  • Agua en botella.
  • Termómetro: El digital es más fácil de leer.
  • Gotero.
  • Toalla.
  • Medicinas recetadas.

En cualquier caso, debes incluir los siguientes elementos:

- El número de teléfono del veterinario y el de una clínica de urgencias 24 horas y/o fines de semana.

- Un manual de primeros auxilios para perros y gatos.

- Rollo o compresas de gasa hidrófila.

- Esparadrapo.

- Algodón absorbente.

- Tijeras, preferentemente con puntas redondeadas.

- Agua oxigenada.

- Ungüento antibiótico.

- Hidrocortisona en crema.

- Colirio.

- Pinzas.

- Termómetro.

- Jeringuilla (sin aguja) para administrar fármacos por vía oral.

- Solución antihistamínica.

- Solución desinfectante.

Muchos de estos materiales pueden ser usados en el gato, pero el minino necesita algunos más: 

  • Jaula y una correa: para evitar que se escape.
  • Cobija: para agarrarlo si está nervioso y/o para mantenerlo alejado del frío.
  • Copia de sus récords médicos.
  • Teléfono y dirección del veterinario y/o clínica de emergencia.

Tienes todo el equipo en su lugar pero ¿sabes usarlo?. Tomar clases de primeros auxilios es tiempo bien invertido. Saber qué hacer en una situación de emergencia tanto para una persona como para un gato es valioso. Busca información en las oficinas de la Cruz Roja. También pregunta en las clínicas veterinarias de tu área, muchas ofrecen cursos de primeros auxilios para mascotas.

Al igual que en las personas, la finalidad de los primeros auxilios para gatos es proporcionar una terapia urgente y suficiente para salvar una vida o evitar un mal mayor, por lo tanto se aconseja en las circunstancias en que: 
  1. El gato parece estar experimentando un gran sufrimiento.
  2. La condición del gato pudiera llevarlo a una crisis rápida.
  3. Pudiera morir sin ayuda inmediata.
Reconocer estas circunstancias y por lo tanto, es difícil determinar cuándo tenemos que actuar y cuándo pode­mos correr el riesgo de permitir que el tiempo corra hasta localizar al veterinario; sin embargo, siempre es posible hacer algo para aliviar en cierta medida el sufrimiento de nuestra mascota y aquí encontraremos algunas orie­taciones que nos permitirán actuar con eficiencia.


Primeros auxilios básicos


Cortes o mordiscos

Si sufre un corte o mordisco, es importante que sea revisado por el veterinario. Ahora bien, no nos alarmemos por la sangre que emane. Mantengamos la calma y utilicemos un vendaje a presión para frenar la hemorragia.

Heridas

Hay diversos tipos de herida, correspondientes a otros tantos niveles de sangrado. Si se trata de un corte superficial, le podemos limpiar con una gasa húmeda, cortar el pelo que lo rodea y desinfectarlo. Además, se puede evitar el contacto con más pelos aplicando algo de vaselina en los extremos del mismo. Si en cambio se trata de una herida más profunda, deberemos cubrirla con una gasa empapada, aplicando algo de presión sobre ella y llegando incluso a sujetarla con un vendaje, reforzado con ulteriores compresas. Tras realizar todo el proceso, comprobaremos si la hemorragia perdura, y en ese caso, llevaremos a nuestro gato al veterinario con carácter de urgencia.

Heridas por peleas

Un gato al que se permita salir, puede volver a casa con arañazos y cortes recibidos en riñas con otros gatos.
Puede presentarse desgreñado, con trozos de piel arrancados y arañazos en los párpados y las orejas. Generalmente, esas heridas son sólo superficiales y no requieren atención veterinaria. Uno mismo puede limpiar arañazos de poca importancia, por ejemplo, con un antiséptico suave. Si una herida se infecta, también puede tratarse en casa, pero si se forma un absceso, hay que acudir al veterinario. Una hemorragia intensa debe ser tratada enseguida.



Heridas superficiales


Las heridas varían desde las leves hasta aquéllas que ponen en peligro la vida del gato.Arañazos, mordiscos, cortes y piel arrancada son un resultado clásico de las peleas gatunas, aunque generalmente, suele tratarse de heridas superficiales que no requieren asistencia de profesionales. 

En todos los casos se corre el riesgo de infección, por lo que lo primero que debemos hacer es limpiar y desinfectar perfectamente la herida; si se trata de una herida pro­funda habrá que actuar como ya se ha descrito y no perder demasiado tiempo en la operación de desinfec­ción, sino acudir rápidamente al veterinario.


Es de esperar que, si un gato sale de casa, vuelva hecho unos zorros tras haber participado en alguna riña con otros animales del vecindario. Dependiendo de la virulencia de las peleas, lo mismo puede ser que no debamos prestar demasiada importancia, como que tengamos que acudir a un veterinario.


Si se pelea o se cae, puede producirse heridas. Si son superficiales, las limpiaremos y las desinfectaremos correctamente, prestando especial atención a la evolución de las mismas, sobre todo en las orejas. Si son más profundas, acudiremos al veterinario.

Si por las heridas sufre alguna hemorragia, la cubriremos con una gasa, aplicando presión sobre la misma o vendándola y acudiremos al veterinario.

Heridas con hemorragia

Si tu gatito ha sufrido un accidente y tiene una herida que sangra mucho.

Debes presionar con una gasa o un material absorbente limpio, vendar la zona y sin desinfectarla ni limpiarla, lleva a tu gato rápidamente al veterinario. Un gato no debe llevar la pata más de diez minutos vendada ya que el vendaje podría resultar más perjudicial que la pérdida de sangre. Si es una herida que no sangra mucho es suficiente con aplicar presión con una gasa hasta llegar al veterinario.

Los oídos de los gatos son muy sensibles y una herida en esta región tiende a sangrar profusamente aunque no sea muy profunda; cuando esto suceda se deberá aplicar algodón o gasa absorbente en el lugar y presionar fuertemente con los dedos hasta que notemos que el flujo está controlado; dejando la gasa en su lugar procederemos a sujetarla con un vendaje que tendrá que circular por la cabeza y el cuello del gato.

Cómo contener las hemorragias

Si un gato se ha cortado y sangra, pero la herida no es profunda, probablemente lo puedes curar tú mismo. Limpia la herida con un algodón humedecido, corta el pelo enmarañado y aplica al corte un antiséptico suave.

La vaselina, aplicada a los bordes de la herida, impide que caigan pelos en ella. Si tu gato sangra mucho, sigue las indicaciones que te damos a continuación. En caso de no cesar la hemorragia, lleva el gato al veterinario lo antes posible.

Para detener la hemorragia, cubre la herida con una almohadilla de gasa empapada en agua fría (o sea con una compresa) y haz algo de presión.

Si la hemorragia no cesa, asegura la compresa con un vendaje y coloca encima otra almohadilla de gasa.

Para reforzar el vendaje, pon otro alrededor de la segunda compresa. Si la hemorragia es seria, lleva el gato al veterinario.

Control temporal de hemorragia severa

Cuando se presente una hemorragia severa en pata, cola, cabeza o cuello, presionar con el dedo los puntos correspondientes.

Control de hemorragia severa

Pedir ayuda para sostener al gato y colocar el vendaje en el lugar de la herida. Si la sangre proviene de la nariz, no debemos inten­tar taponarla; lo primero que debemos hacer es colocar un trapo mojado en agua muy fría sobre el puente de la nariz para producir la vasoconstricción y con ello propiciar que disminuya o cese el flujo. Si esto no funciona, lo más probable es que la sangre provenga de una herida interna, lo que nos indica una condición mucho más grave que una hemorragia nasal, por lo que debemos acudir de urgencia al veterinario.

Es común que se desprenda totalmente la uña a consecuencia de un violento zarpazo, lo que produce un sangrado profuso, aunque no se trata de una herida grave, puede tratarse con una gasa desinfectada que presione el lugar afectado, bien sujeta con un vendaje.

Cuando un gato es atropellado o sufre una violenta caída, se pueden producir hemorragias internas que ocasionalmente se canalizan por la boca o la nariz; si este es el caso, el gato se encuentra en una condición muy seria y probablemente caerá en estado de shock, por lo que habrá que cubrirlo con una manta y llevarlo de inmediato con el veterinario.

Abscesos

Si un gato ha sido mordido por otro y la herida no se cura, puede formarse un absceso. La herida se infectará, hinchándose al cabo de unos días. Si el absceso es muy grande y tú no puedes tratarlo, pide al veterinario que se lo cure.
Corta con cuidado el pelo que rodea la zona hinchada. Pide a alguien que sujete al gato mientras tanto.

Baña la zona con una solución preparada con una cucharilla de té llena de sal disuelta en un vaso de agua.

Bañado por espacio de 24 horas, el absceso debiera reventar. Limpia la zona y vigila que el absceso no se forme de nuevo.

Está inconsciente

Si encuentras un gato inconsciente, lo primero que debes hacer es ponerlo a salvo y llevarlo al veterinario. Hay que procurar moverlo lo menos posible.Pon una manta como camilla, extiéndela y coloca al gato sobre ella. 

Con ayuda de otra persona levanta cuidadosamente la manta y déjala sobre una superficie plana y segura. Si el gato respira con dificultad, ponlo de lado con la cabeza inclinada hacia atrás y ábrele la boca para tirarle un poco de la lengua. Luego límpiale la boca de mocos con una torunda de algodón.

No dejes tendido el gato del mismo lado durante más de cinco o diez minutos, ni le des nada por la boca. Para llevar el gato al veterinario, alza la manta e introdúcela en una caja de cartón.

Mover a un gato herido

Puede ocurrir que un gato sufra un accidente lo suficientemente intenso como para imposibilitar sus movimientos. Y por supuesto, el nivel de gravedad es variable: el gato puede quedar inconsciente, entrar en estado de shock, contar con heridas evidentes e incluso verse seriamente dificultado a la hora de respirar. En todos los casos hay que llevarlo cuanto antes a un veterinario, pero es importante tener en cuenta cómo actuar en cada uno de ellos, teniendo en cuenta que no conviene que el gato quede tendido en la misma posición durante más de cinco minutos, ni darle de nada comer.

Si intentas ayudar a un gato que probablemente tenga una pata rota, debes tratarlo con gran cuidado. No pruebes de entablillársela, ya que podrías hacerle aún más daño. Coloca el gato sobre una manta, de modo que el miembro roto quede encima. Procura que el animal no lo pueda mover. Pon el gato en una cesta adecuada y llévalo al veterinario.



Huesos rotos o dislocaciones


Esta clase de lesiones generalmente se producen por atropellamiento o caí­das muy fuertes, en todo caso, se trata de un problema serio y muy doloroso para el gato, por lo que su conducta será defensiva y no es de esperarse que se deje manipular, por lo que habrá que acercarse a él con lentitud y hablándole con afecto todo el tiempo, hasta que estemos tan cerca que podamos prenderlo del cuello para evitar que huya; otra alternativa es atra­parlo con una manta, tratando de lastimarlo lo menos posible. 

Una vez inmovilizado no queda más quehacer sino llevarlo al especialista para que sea atendido, sin darle nada de comer o beber, pues seguramente será anestesiado.


Lesiones

Si está lesionado, debemos tener cuidado al cogerlo ya que si siente dolor intenso es probable que nos resulte difícil realizar esta operación. Envolvámonos en una manta o en una toalla para evitar que nos arañe.

Atropellos, caídas al vacío... pueden ocasionar graves lesiones e incluso la muerte de nuestro gato.

Aunque parezca una tontería, lo más importante es que guardes la calma y que evalúes la situación y las posibles lesiones que presente el animal. Ante cualquier tipo de traumatismo, debemos tener presentes los siguientes puntos: Evitar movimientos bruscos del gato.

Si apreciamos fractura (deformación de una zona, crepitación al movimiento, visualización directa de un hueso...), no intentaremos colocado en su posición normal, como mucho, lo fijaremos en la posición en que nos lo encontremos.

Coloración de las encías: deben ser sonrosadas; si estuvieran pálidas podrían indicar hemorragia interna. Anotar mentalmente cualquier cambio que debas comentar a su llegada a la clínica.


Lesiones Oculares

Si se produce una lesión de este tipo, no debemos dejar que se frote.

Debemos tener en cuenta que, aunque no se aprecien lesiones, la revisión del veterinario tras este tipo de accidentes es primordial. Aunque externamente no observe más síntomas, nuestro gato puede padecer graves lesiones internas.

Lesión en la Cola

En caso de una lesión, no intente vendar la cola del gato, a menos que se produzca una herida muy severa. En cualquier caso, no dé nada de beber o comer al gato y llévelo de inmediato al veterinario, porque es muy probable que se le tenga que intervenir quirúrgi­camente y eso requiera anestesia general.

Lesión en las Costillas

Cuando se sospecha la ruptura o dislocación de una o varias costillas, lo primero que hay que hacer es envolver el lomo y vientre del gato con una toalla, con firmeza pero sin apretar, para no lastimarlo en caso de que una costilla se encuentre rota y no se interfiera con la respiración. En estas condiciones llevarlo al veterinario.

Fracturas

Suelen ser comunes en los gatitos pequeños debido a las caídas que se derivan de sus ansias exploratorias. Es importante que las valore el veterinario para aplicar la solución más correcta. Si nuestro gatito sufre una fractura, evitemos los movimientos mientras le transportamos a la consulta y no manipulemos el miembro afectado.


No es extraño que si un gato sufre una caída u otra clase de golpe, acabe con alguna fractura. En ese caso, hay es tratarlo con sumo cuidado, intentando zarandear al animal lo menos posible y, desde luego, sin intentar entablillar la parte afectada ni nada por el estilo. En vez de eso, hay que colocar al gato en una manta de lado, procurando que la pata rota no quede bajo el peso de su cuerpo. Haciendo lo posible para que se quede inmóvil, se tiene que buscar después el contenedor más adecuado (superficie plana y rígida) en el que depositarlo para su transporte hasta el veterinario.

Fractura de lomo


La fractura del lomo es de las más serias, porque interesa la columna vertebral; si tenemos esta sospecha lo más adecuado es colocar al gato en una tabla larga y ponerlo de lado, procurando mantenerlo estirado para evitar que se mueva su columna, manteniéndolo en esta posición hasta que llegue el auxilio médico.


Fracturas en las patas


En caso de fracturas de las patas, trataremos de actuar con calma para que el gato no intente huir y se lastime más; es conveniente inmovilizarlo con una manta y después colocarlo yaciendo sobre su costado. No manipule sus huesos; si un hueso ha traspasado la piel, solamente coloque una toalla a su alrededor para que haya menos movimiento y acuda o llame al veterinario.

Caídas

Si ha sufrido una caída y está inconsciente, muévelo lo menos posible, para evitar lesiones internas. Si hemos de trasladarlo, lo mejor es utilizar una manta (tensa) y tener la ayuda de otra persona. Si no, lo mejor es esperar al veterinario.

Si creemos que se ha fracturado una pata, intentaremos que se mueva lo menos posible y después buscaremos una superficie plana y rígida donde trasladarlo al veterinario, cuidando de que la pata rota no quede bajo su cuerpo.

Ahogo por ingesta de algún elemento desconocido

Si nuestro gatito tiene algún objeto extraño atorado no muy adentro en la boca y no nos vemos con la suficiente destreza para sustraerlo  debemos acudir inmediatamente al veterinario. Si intentamos quitárselo con una pinza debemos hacerlo con cuidado sabiendo coger bien al gato, evitando sus arañazos y posibles mordeduras. Además, hay que tener en cuenta que podemos provocar que el objeto se aloje en la garganta y el animalito puede sufrir movimientos bruscos del estómago y atorarse.

Ahogo por agua

La mayoría de los gatos odian el agua y, desde luego, no se aventuran a nadar, pero sucede que caen en un estanque o alberca y aunque los gatos, como todos los animales, hacen el esfuerzo de nadar, si no pueden salir con facilidad y se desesperan, pudieran respirar una cantidad de agua que pasa a sus pulmones y el gato llega a dejar de respirar, encontrándose en un estado de ahogo, por lo que si no se le da una ayuda inmediata, seguramente morirá.

Primeramente limpie con un paño la nariz y la boca del gato para remover mucosidades que pudieran estar causando taponaduras; después cargue al gato de su vientre, de manera que cuelgue su cabeza y muévalo hacia arriba y hacia abajo sin violencia, para que pueda expulsar el agua de sus pulmones. Si esto falla, coloque al gato en el suelo o una mesa sobre su lomo, procu­rando que su cabeza quede más abajo que su cuerpo, verifique si su corazón sigue latiendo y si es así, proceda a darle respiración artificial o resucitación cardiopulmonar. 

Aunque el gato parezca recuperarse, existe el riesgo de que su situación se complique y caiga en estado de shock, lo que puede producirse un tiempo después, por lo que debe acudir al veterinario de inmediato.

Shock

Un gato puede sufrir un schock por muchas causas, como, por ejemplo, a consecuencia de un  traumatismo o por la picadura de un insecto. Los síntomas son que el gato se siente débil y se queda tumbado, se le nota frío, el pulso y el ritmo respiratorio se aceleran y tienen las encías y la conjuntiva de los ojos blanquecinas.

Envuelve a tu gato con una manta para mantener la temperatura  corporal dejando la cabeza libre y ponlo en posición de recuperación (tumbado de lado). Para facilitarle la respiración, ábrele la boca para que la lengua quede por fuera. Acude de inmediato al veterinario.

Quemaduras

Una quemadura, ya sea por contacto con fuego, objetos calientes y/o eléctricos o agua hirviendo, puede llevar a complicaciones muy graves para la salud del gato. Por ese motivo, la única forma de atenderle correctamente es llevarlo a un veterinario lo más rápido posible. El responsable del animal lo único que podrá hacer por su cuenta es aliviarle el dolor, aplicando sobre la quemadura una gasa o algodón empapados en agua fría primero (no se recomienda aplicar otra clase de sustancias), una bolsa de hielo después y, finalmente, algo de vaselina.

Para aliviar el dolor, aplicaremos agua fría y después una bolsa de hielo. No debemos cortar el pelo alrededor de la misma ni cubrirla con nada.

Por muy leve que parezca es importante que lleves al veterinario a tu gatito si se quema. 


Quemaduras y raspones

Las quemaduras y los raspones producen los mismos síntomas y tienen con­secuencias similares; las quemaduras incluso pueden ser causadas por choques eléctricos o productos quí­micos que sean cáusticos.

Las quemaduras se clasifican por grados, que van de lo superficial a lo profundo, que es cuando se produce una exposición prolongada, y además de la piel se destruyen los tejidos, por lo que el dolor es extremo y se puede producir un estado de shock. 

Cualquiera que sea la gravedad del caso, lo primero que debemos hacer es dejar correr agua fría sobre la parte afectada por unos diez o quince minutos, lo que calmará notablemente el dolor y tranquilizará al gato. Si observamos que la excoriación solamente afecta la piel y no interesa los tejidos, podremos aplicar algún producto antiséptico y esperar el proceso de curación, controlando la posible infección. Si las quemaduras afectan los tejidos habrá que aplicar compresas frías y acudir de inmediato al veterinario.


Golpe de Calor

Aunque los gatos se adaptan bien a las altas temperaturas, hay circunstancias que provocan esta afección, por ejemplo, si dejamos al animalito encerrado en el coche durante bastante tiempo y con las ventanillas cerradas en un día caluroso. La insolación le causará jadeos, vómitos y síntomas de shock. En este caso hay que refrescar inmediatamente al gatito con agua fría y llamar al veterinario.

Envenenamiento


El gato es un animal listo y cauteloso, pero puede cometer el error de acabar ingiriendo alguna sustancia dañina para su organismo. Lo más normal es que él mismo la vomite al poco tiempo de haberla tragado, pero puede que no ocurra, y en ese caso nos toca actuar.

Cómo saber si el gato está envenenado


En estos casos, el gatito sufrirá vómitos, diarreas graves, falta de coordinación y convulsiones. Es imprescindible acudir inmediatamente al veterinario. Informemos al veterinario sobre la sustancia tóxica que ha ingerido el gatito, si es que lo sabemos, porque le puede ayudar enormemente. Es importante tener en cuenta que nuestro gatito se puede envenenar por lamer una sustancia tóxica que le haya caído en la piel.


Nunca deberemos intentar provocarle el vómito, sino acudir al veterinario lo más pronto posible y, si podemos, con una muestra de lo que haya ingerido. Si la sustancia tóxica se ha adherido a su piel, impide que se lama y la ingiera. Los síntomas que observaremos, si se ha intoxicado son vómitos, salivación excesiva, y espasmos.


Pese a que, debido a la posible gravedad del mismo, no podemos hacer demasiado en caso de envenenamiento, algo en lo que sí podemos intervenir es en detectar los síntomas lo antes posible, para poder llevar a nuestra mascota a una clínica veterinaria cuanto antes. Así, en caso de que la sustancia dañina se le haya adherido al cuerpo, notaremos que el animal se lame casi de manera compulsiva para intentar sacársela. Sin esperar a que sea demasiado tarde, debemos impedírselo y limpiar la zona afectada antes de llevarlo al veterinario. Si el gato se ha intoxicado, lo demostrará vomitando, depositando con dificultades, con alteraciones de su comportamiento, exceso de salivación y/o con espasmos. En todos los casos lo más seguro es que acabe sufriendo un colapso, por lo que para no llegar a ese extremo, recoge una muestra del veneno en cuestión (si es posible) y ve corriendo a la clínica. Ten en cuenta que algunas sustancias pueden ser mortales para el animal.



Intoxicaciones

La ingestión de tóxicos en nuestros felinos es un problema bastante frecuente. Los productos de limpieza, ciertas plantas, etc. pueden provocar desde patologías digestivas de distinta gravedad hasta la muerte del animal.

Lo ideal sería acudir al veterinario de forma inmediata, llevando una muestra del producto o del envase que lo contiene, o ponernos en contacto telefónico para informarle del producto tóxico ingerido y de los primeros pasos a seguir.

En caso de ingestión de sustancias corrosivas no provocar el vómito.

Administrar leche o clara de huevo con el objeto de diluir el tóxico. Si estamos seguros de que la ingestión ha sido de lejía podremos contrarrestar su efecto con vinagre diluido en agua o con zumo de limón.


Substancias tóxicas 

Esta tabla indica algunas de las substancias que son tóxicas para un gato. Si tu gato traga una de ellas, es preciso el tratamiento veterinario. Ciertas substancias, tales como los analgésicos, pueden ser fatales para un gato.



Tóxicos
Síntomas de intoxicación
Forma de actuar
Raticida
Inquietud, dolor abdominal, vómitos, hemorragia y diarrea. Fatal en potencia
Consultar al veterinario. Antídotos.
Anticongelante
Falta de coordinación, vómitos, convulsiones seguidas de coma.
Una inyección puede bloquear el efecto.
Alcohol
Depresión, vómitos, colapso, deshidratación y coma.
Fatal en potencia. Consultar veterinario.
Analgésicos
Pérdida de equilibrio, vómitos. El paracetamol vuelve azules las encías.
Fatal en potencia. Consultar veterinario.
Desinfectantes, productos de limpieza
Intensos vómitos, diarrea, nerviosismo, modorra y coma.
Fatal en potencia. Consultar veterinario.
Insecticidas y pesticidas
Espasmos musculares, babeo, convulsiones y coma.
Consultar veterinario. No existe antídoto.
Veneno contra caracoles
Salivación, espasmos musculares, vómitos, diarrea, convulsiones y coma.
Tratamiento eficaz, si se actúa rápido.



Plantas tóxicas


. Azalea
. Caladio
. Eléboro negro
. Clemátide
. Delphinium
. Dieffenbachia
. Hiedra
. Lupinus
. Muérdago
. Adelfa
. Costilla de Adán
. Poinsettia
. Laurel cerezo
. Rododendro
. Solano
. Guisante de olor







Tu gato ha ingerido gasolina o derivados del petróleo

Le daremos aceite de parafina; con ello protegeremos el tubo digestivo y evitaremos la absorción del tóxico. Si el animal presenta convulsiones o un estado de gran excitación, lo llevaremos a un lugar tranquilo e intentaremos protegerle de golpes y autolesiones contra el suelo (mantas, cojines...) Si el tóxico ha actuado por contacto con la piel, lavaremos con agua abundante. La mejor opción será siempre acudir al veterinario con e! producto o el envase que lo contiene causante del problema.

Ingestión de cuerpos extraños

Aunque los gatos suelen padecer este tipo de accidente en menos ocasiones que el perro, también podemos observar objetos punzantes en su lengua o encías o botones en el estómago. Suele ser bastante complicado convencer al animal para que abra su boca y podamos retirar el objeto clavado. A ello debemos añadir el riesgo de un doloroso mordisco en nuestras manos.

Si sospechamos que ha ingerido algo y ello se acompaña de vómitos y pérdida de apetito, lo mejor será acudir al veterinario. En el caso de los cuerpos extraños clavados en la boca, serán retirados fácilmente tras una ligera sedación. En el caso de sospecha de cuerpo extraño en el estómago u otra parte del aparato digestivo, el veterinario realizará radiografías y/o ecografías para confirmarlo. En caso afirmativo, puede ser necesaria la operación quirúrgica para extraer el cuerpo extraño.

Picaduras de insectos

De igual manera que con los humanos, si un insecto pica a nuestro gato lo normal es que se sienta molesto al tiempo que la picada se le hinche; y el gato puede parecer inquieto y tener disnea. Si se trata de una avispa o similar, hay que buscar el lugar exacto para extraerle el aguijón con la ayuda de unas pinzas. En caso de resultar imposible, habrá que consultar con el profesional.

El gato sufre una conmoción

Sabremos si el animal está sufriendo los efectos de una conmoción, cuando al sentir su pulso no sólo lo notemos mucho más acelerado de lo normal, sino que además tenga el cuerpo frío. En este caso, se le debe envolver con una manta para que su temperatura suba, antes de moverlo.

Congelación - hipotermia

Tristemente, no es extraño que, en especial en fechas navideñas, numerosos gatos acaben teniendo serios problemas con el frío en el hemisferio norte en especial.

Con unas condiciones climáticas cada vez más extremas, hipotermias y congelaciones están a la orden del día, son casos que ponen en serio peligro sus vidas. 

Se puede producir en las patas, orejas y cola. tendrá el cuerpo rígido, con heridas en las zonas más afectadas, e incluso puede que acabe entrando en estado de shock Si ocurre, la piel estará pálida y brillante. Es importante que lo traslademos a un lugar caliente y le apliquemos toallas humedecidas. 

Es de vital importancia que el animal sea llevado de urgencia a un veterinario, cubierto con mantas para contrarrestar la hipotermia y de ser posible, habiéndole bañado con agua tibia las partes del cuerpo que tenga más afectadas.

Dificultad para respirar

Si al gato le cuesta respirar, se le debe poner de lado y con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás. En esta postura, el siguiente paso es tirar de su lengua unos milímetros, abriendo su boca y limpiándosela de la mucosidad que pudiese haber. Esa postura es la que debe respetarse mientras se llevan a cabo los pasos que se especifican a continuación.


Obstrucción traqueal


Aunque es más común en los perros, no es raro que un gato trague un objeto que no acaba de pasar por su garganta y se queda atorado; normalmente se trata de un pedazo de hueso o parte de un juguete mordido. 

Esta puede ser una situación peligrosa, pues se dificulta la respiración y el gato entra en un estado de desesperación. Lo ideal en estos casos es que existan dos personas para ayudar, pero de no ser así, es preferible envolver al gato en una toalla para inmovilizarlo, dejando solamente su cabeza fuera; trate de abrir sus mandíbulas lo más posible y si puede ver el objeto que causa la taponadura, trate de removerlo directamente con los dedos; si eso no es posible, inténtelo con unas pinzas o algún instrumento que no lastime al gato. 

Hay que actuar con rapidez y en ningún caso intentar empujar el objeto en vez de jalarlo. Al identificar el objeto definiremos la estrate­gia para jalarlo, pues si se trata de un hueso, podría tener estrías que desgarrarían la traquea del animal, por lo que deberemos proceder con mayor cautela que si se trata de trapo o esponja. Abra la boca y saque el objeto.

Si lo anterior falla, habrá que asir al gato de sus patas traseras y balancearlo cabeza abajo, esperando que la gravedad y el esfuerzo del gato hagan el trabajo. 

Si esto tampoco resulta, coloque una mano en el lomo del gato, otra en su abdomen y presione con cierta fuerza, esto provocará un efecto de fuelle, por lo que la presión de aire puede hacer que el objeto sea expelido. 

Si esto no sucede y el gato continúa con problemas respiratorios y ya se encuentra inconsciente, intente la respiración artificial y resucitación cardiopulmonar.

Sostenga al gato firmemente y muévalo suavemente de lado a lado


Respiración artificial

Cuando el gato ha dejado de respirar por cualquier causa, se requiere restablecer la acción por medio de "respiración artificial", lo mismo en los casos en que suponemos que ha ocurrido un síncope cardíaco, pues aunque el animal sigue res­pirando débilmente, la cesación de la actividad del corazón dejará sin oxígeno al cerebro, por lo que el daño o la muerte cerebral es inminente; en este caso, la respiración artificial se debe combinar con el masaje llamado "resucitación cardiopulmonar". 

La técnica más elemental consiste en colocar al gato acostado de espaldas y proceder a "bombear" sobre su pecho, entre sus costillas, de modo que se estimulen los pulmones y el corazón; la cabeza del gato debe descansar por debajo de su cuerpo para obtener mejores resultados; si no se produce ningún cambio, habrá que utilizar la técnica de "boca a nariz", o sea, soplar con fuerza en la nariz del animal para llenar con aire sus pulmones y estimular su funcionamiento.

Resucitación cardiopulmonar


La estimulación res­piratoria arriba descrita es indicada también en casos de fallas del corazón, porque se trata de restablecer la dotación de oxígeno al cerebro, pero en este caso se requiere además restablecer el ritmo cardíaco, por lo que se considera una resucitación. Se trata básica­mente del masaje de bombeo sobre el pecho del animal para reproducir el movimiento cardíaco, pero combi­nado con la respiración artificial de boca a nariz que al mismo tiempo estimula los pulmones; desde luego, se trata de una operación desesperada, pero en muchos casos resulta eficaz, aunque no debemos ser dema­siado optimistas al respecto.

Shock eléctrico


Es una descarga sobre el cuerpo del gato que normalmente se produce cuando éste juega con clavijas o cables inseguros. En muchos casos el golpe eléctrico simplemente "empuja" al gato, aunque puede producirle quemaduras. Si la exposición es un poco más prolongada, el gato puede sufrir un paro cardíaco, por lo que habrá que proceder de la misma manera descrita para tal evento.


Electrocución

Algunos gatitos tiene la costumbre de morder los cables eléctricos. Tomemos las precauciones precisas para que no ocurra, pero si está en contacto con el cable, no le debemos tocar, apaguemos la corriente y separémoslo con un palo de madera. Es necesario llevarlo inmediatamente al veterinario. Si se electrocuta puede sufrir quemaduras en la boca, además de problemas respiratorios.

Insolación

Si tu gato ha pasado demasiado tiempo bajo el sol y de repente notas que se le acelera el ritmo respiratorio (Inspiraciones rápidas y cortas), tiene temblores, calambres o queda inconsciente, tu gato padece una insolación.

Túmbalo a la sombra y rocíalo con agua fría. Envuélvelo  primero con una sábana húmeda y encima de esta ponle un manta y acude enseguida a la clínica.

Los medicamentos

Los perros y los gatos se parecen mucho a los seres humanos, al menos en lo referente a las enfermedades. Sufren dolor de estómago, diarrea, erupciones cutáneas e infecciones leves. Es más, muchos de los medicamentos que tomamos para trastornos comunes son eficaces también para ellos, pero también, otros son mortales.

Es conveniente consultar con el veterinario antes de administrar un medicamento para humanos a un animal doméstico. He aquí algunas pautas para tratarlos adecuadamente:

La aspirina puede ser muy PELIGROSA para los gatos, de modo que no la administre nunca sin la autorización previa del veterinario.

Acetaminofeno e ibuprofeno. AMBOS SON PELIGROSOS PARA GATOS Y PERROS. No los use en ningún caso.

Dimenhidrinato (Biodramina). Para evitar los mareos por el movimiento, administre a tu gatos, una dosis de unos 12,5 mg.  La Biodramina se presenta en tabletas de 50 mg que pueden partirse en 4 para obtener la dosis indicada. Aunque la Biodramina es inocua para la mayoría de los perros y gatos, podría resultar dañina en animales con glaucoma o trastornos de vejiga. Como medida de precaución, consulte al veterinario.


Información obtenida de:

amimascotasosgatitossegurosmascotasgatos about, tenenciaresponsable.


Mis más sinceros agradecimientos.