domingo, 28 de abril de 2013

El síndrome del gato volador o gato paracaidista





"Como todos sabemos, los felinos son animales muy curiosos". 
Curiosity killed the cat (La curiosidad mató al gato). 



La primera referencia impresa sobre el origen de este proverbio se atribuye al dramaturgo británico Ben Jonson en el año 1598. 

¿Siete vidas las de los gatos? No siempre. Singularmente son frecuentes los accidentes de los felinos al caer de ciertas alturas, episodios que a veces tienen consecuencias trágicas y que, vulgarmente, se ignoran a partir del incierto interrogante que precede a este texto. O sea, no le sobran las vidas a los gatos y en esta nota ofrecemos una didáctica explicación de un destacado especialista en medicina felina, el Dr. Rubén Gatti que gentilmente asesora y colabora con El Arca.

El término gato paracaidista o gato volador, de las dos maneras se utiliza referido a los gatos que han sufrido una caída por encima de los 7 metros o 2 pisos de altura.

Los gatos se caracterizan por sus grandes saltos, y la gran flexibilidad en sus patas. Sin embargo, también se diferencian de otras mascotas por las caídas que éstos pueden sufrir. 

Ya sea desde la ventana, el segundo piso o del árbol, los felinos son muy ágiles a la hora de saltar; no obstante, por una distracción, un error de cálculo o demasiada confianza, la hazaña puede convertirse en algo lamentable.

Normalmente tienen bien desarrollado su sentido del equilibrio pero cualquier estímulo externo, como un simple pájaro puede provocar una caída que debemos evitar en la medida de lo posible, impidiendo que nuestro gato acceda a esa ventana o protegiendo ésta con algún método que evite su caída. 

Las consecuencias de estas caídas son imprevisibles y variables, de todas formas según estudios realizados, son menores las consecuencias cuando la caída se produce entre el 3º y el 10º piso ya que el mecanismo de defensa y equilibrio de los gatos, les permite conseguir una posición menos traumática en el momento del impacto, si tiene tiempo para ello, el gato se prepara para el golpe y palia así el golpe.

Los gatos suelen ser equilibristas muy ágiles a los que les gusta subirse a lo alto de un balcón o tejado y desde ahí saltar. Este no es el motivo esencial del síndrome, pues los gatos habitualmente tienen controlado el cómo apoyarse en el lugar donde van a caer. El problema es cuando hay algo que les distrae, como un pájaro o un ruido exterior. Esto es lo que provoca que su salto sea errado, pierda el control y caigan mal.








Este sindrome que vemos muy comúnmente en la clínica diaria nos hace reflexionar y nos ayuda a prevenir, junto con los dueños de las mascotas, sus posibles caídas desde ventanas, balcones y demás sitios de altura. 

Cabe aclarar que si bien los felinos tienen la particularidad de acomodar su cuerpo, en la caída (según se observa en la foto) no siempre “caen parados” como muchos piensan, y no están exentos de sufrir lesiones. 

Generalmente, las más importantes y graves se ven en caídas de poca altura porque no llegan a acomodar su cuerpo como lo hacen al caer desde alturas mayores. 

Lo que se observa habitualmente son fracturas de las patas, manos, cara, cráneo, golpes en el tórax (contusión pulmonar), hemorragias y hasta la habitual fractura de paladar, cuando caen golpeando su cara contra el suelo; hay varias lesiones más, incluso la muerte. 

Muchas veces debemos hospitalizarlos y tratar la emergencia teniendo en cuenta el riesgo del paciente. Es por ello que resulta importante observar cuán curiosos son nuestros gatos, y prevenir dichas caídas con métodos realmente fáciles de utilizar en cualquier casa o departamento. 

Se recomienda el cierre de ventanas y balcones con los cerramientos tradicionales o el entretejido de soga o plástico que hoy conseguimos en cualquier ferretería.

El Gato Volador o Síndrome del Gato Paracaidista es un conjunto de signos clínicos, que aparecen en el gato a causa de una caída de alturas mayores a 7 u 8 metros. Lo que significa generalmente desde un segundo piso o más arriba, de un edificio de departamentos o apartamentos. 

Este es un síndrome moderno ya que se comenzó a ver en los últimos 30 años, con la nueva localización de los gatos en las viviendas de departamentos. Esta es una de las muy pocas consecuencias negativas de este nuevo hábitat para el gato. 

Todavía no está resuelto el tema de la causa de la caída del gato desde un balcón, terraza o ventana interna de un departamento, pero lo que si es seguro es que es un accidente. Aunque algunas personas dicen que es un suicidio, pero creo que esto solo es un comentario folclórico sin ningún asidero científico. El hecho es que se caen y no ocurre lo mismo con los perros o por lo menos es muchísimo más raro que un perro se caiga de un balcón. Y aquí tenemos una primera gran diferencia, los gatos no son perros chicos que se suben a los árboles, o sea los perros no se suben a los árboles ni a ninguna otra cosa, (salvo los sillones y la cama) mientras que los gatos se suben a todos lados, y esto está regido principalmente por dos aptitudes especiales y propias del gato, su gran plasticidad, elasticidad, equilibrio y estado atlético, que le permite subir de un salto a superficies que están a tres o cuatro veces su altura, (piensen lo que sería que un hombre podría saltar a una altura de 4 o 5 metros y caer parados en esa superficie), y la otra aptitud sería su innata curiosidad, que más de una vez le trae serios problemas. A los gatos les gusta ver el mundo que los rodea y sobre todo, les gusta verlo desde las alturas, quizás sea una reminiscencia de su estado salvaje donde estar alto lo ayudaba a sobrevivir, o quizás sea solo que desde la altura se ve mejor y se abarca más superficie. 
La cuestión es que el gato se sube a las barandas de los balcones, a los bordes de las ventanas, camina por las cornisas o paredes de las terrazas, etc. O sea que siempre en estos casos está en zona de riesgo, está en el filo del peligro. Por otro lado las estadísticas dicen algunos datos interesantes: 

1- Los gatos que se caen son en su mayoría jóvenes, con un promedio de 2,7 años, y en especial en la franja que va de los 6 a los 12 meses. O sea que puede haber un factor de inexperiencia. 

2- Se afectan en mayor medida los gatos enteros y dentro de estos los machos. 

De estos datos podemos sacar alguna conclusión, como que los gatos jóvenes más arriesgados y en etapas del despertar sexual, tendrían más posibilidades de sufrir las caídas. 

Otra posible causa que siempre me ha dado vueltas en mis pensamientos es que los gatos no deben registrar la verdadera altura en que se encuentran cuando están en un departamento alto, ya que esas alturas no son naturales para ellos, o sea que el gato no tiene conciencia de la altura a que se encuentra, y quizás no pueda darse cuenta con solo mirar para abajo, por lo tanto puede tener el impulso de saltar en busca de una presa o de un compañero sexual y creer que llegará al piso sin problemas. 

Otras veces caen por un simple accidente, recuerdo que mi gata cayó de un 5º piso al techo de aluminio de un patio de la planta baja (por eso casi no se lastimó, aunque tuve que pagar el arreglo del techo) mientras caminaba por el borde de la pared de la terraza y era un día de mucho viento, así que pudo haber sido la causa. 

En definitiva no sabemos las causas de las caídas de los gatos, es posible que sean multifactoriales o sea por distintos motivos, pero siempre a consecuencia de que el gato anda en las alturas. Obviamente nadie se puede caer si está en el piso. 


¿Cómo cae el gato? 


Otro aspecto curioso de este problema es la forma en que cae el gato y que en general le salva la vida. Es otra de las cosas que abona la idea de las siete vidas del gato, ya que los humanos no podemos aceptar que un gato que cae de un 4º o 5º piso pueda salir prácticamente ileso o solo con un rasguño. Este misterio de cómo hace el gato para caer siempre parado, ha sido estudiado por varios científicos desde fines del 1800. Según la crónica un médico francés llamado Jules Marey, hizo las pruebas necesarias y las filmaciones para poder determinar que hace el gato en la caída. Obviamente el gato tiene un sistema de equilibrio (vestibular) que le dice como debe poner su cuerpo para la caída. Viendo las filmaciones se observa que el gato toma la posición de parado, extiende los cuatro miembros hacia el piso y encorva la espalda, o sea que de costado queda como una U invertida, de esa forma trata de prepararse par el aterrizaje. 


Síndrome clínico 


La caída ocasiona un traumatismo que varía en intensidad de acuerdo a muchos factores, por ejemplo, si es de un piso bajo como un 1º o 2º piso puede ser que el gato no tenga tiempo de acomodarse y sufrir un traumatismo complicado porque no pudo amortiguar, luego del 2º al 7º piso las lesiones van en aumento por la aceleración de la caída y luego del 7º piso el gato adopta una posición más horizontal con lo cual hace efecto de paracaídas y al caer distribuye el golpe en todo el cuerpo lo que disminuye la gravedad del trauma presentando menos fracturas y más contusiones en tórax y abdomen. 

Otro problema es si al momento de la caída el gato tenía la vejiga llena, ya que podría estallar y eso provocaría una complicación que implicaría una cirugía urgente para reparar la rotura. 

Un elemento para tener en cuenta con respecto a la gravedad del traumatismo es que hay situaciones atenuantes de la caída si la superficie amortigua el golpe por ejemplo que caiga sobre un toldo de lona, un techo de aluminio, sobre un árbol o zona con plantas, etc. En estas circunstancias es probable que el gato salga solo con alguna herida leve. Recuerdo a una gata que cayó de un piso 10º, pero tuvo la suerte que abajo en la vereda había un negocio con un toldo de lona, que si bien fue roto por la caída, la gata resultó ilesa, (el propietario también tuvo que pagar el toldo). 


Signos clínicos 


Los gatos que han sufrido una caída pueden presentar una gran variedad de signos clínicos dependiendo de la zona más gravemente traumatizada. 

En general encontraremos al gato inmóvil o tratando de esconderse y aislarse, actitud natural en la especie luego de un traumatismo. 

Podremos encontrar signos de dificultad respiratoria o disnea si hay traumatismo torácico o se ha juntado líquido o aire en el espacio pleural. 

Puede estar en shock o tener dificultad para moverse debido a fracturas en los miembros. También podemos observar sangrado por la boca, o nariz si hay lesiones en la cabeza. 
Estos gatos ni bien son encontrados luego de la caída deben se llevados a una clínica de urgencia donde puedan evaluar la gravedad de la situación y comenzar con los tratamientos indicados. Inclusive si aparentemente no hay lesiones externas ya que puede haber traumatismos internos. 

Las lesiones que se presentan en los gatos después de las caídas incluyen traumatismos torácicos, faciales, orales y abdominales, así como fracturas y luxaciones en miembros y/o columna vertebral, además, en algunas ocasiones los gatos entran en estado de choque.


Traumatismo torácico


Son las lesiones más comunes (representan un 90%) y una de las principales causas de muerte en gatos. Consisten en daños provocados a los pulmones por el golpe, pero sin existir heridas externas por lo que la mejor manera de valorarlas es a través de una radiografía. También se presenta neumotórax, es decir, aire que sale de los pulmones y se queda en el espacio que existe entre ellos y las costillas. Este tipo de lesiones provoca una marcada dificultad para respirar, porque al estar dañados los pulmones no realizan su función normal originando así estrés y ansiedad, lo cual, a su vez, produce una mayor dificultad para respirar.

Como parte del tratamiento se deberá garantizar una buena oxigenación y, por supuesto, extraer el aire atrapado en la cavidad torácica por medio de una toracocentesis, pero el Médico Veterinario siempre tendrá cuidado, en primera instancia de verificar si el paciente presenta estado de choque para actuar en consecuencia.


Traumatismo facial y oral


Estas representan el 50% de las lesiones y consisten en heridas en cara y paladar blando, fracturas en dientes, paladar duro y mandíbula.
Las fracturas en el paladar se deben cuidar dando dieta blanda, por lo menos durante un mes, para favorecer su recuperación, ya que el alimento seco forzaría una mayor presión por la masticación, la cual es inconveniente. Este tipo de fracturas pueden originar fístulas oronasales, que deben corregirse con cirugía.

Para las fracturas mandibulares, el tratamiento dependerá del tipo y localización para dictaminar un pronóstico favorable o no. En lo correspondiente a las fracturas dentales lo primero que deberá llevarse a cabo es evaluar la utilidad y daño del diente fracturado, si sólo está dañada la corona es factible realizar una endodoncia o extracción de la pieza, pero si la fractura se presenta por debajo de la encía, es decir, en la raíz, no queda más alternativa que retirar la pieza, ya que estos dientes por lo general no sanan, dando como resultado dolor y pérdida del diente.


Fracturas y luxaciones en miembros


Las fracturas de los miembros se presentan en un 39% y las luxaciones en un 18%. Aunque los miembros afectados con mayor frecuencia son los anteriores o torácicos (92%) la similitud de las lesiones en miembros posteriores o pélvicos es grande. La mayoría de las fracturas en miembros anteriores involucra a los huesos que forman el antebrazo los cuales son el radio y ulna, en miembros posteriores los hueso que más se afectan son la tibia y el fémur.

Los gatos jóvenes menores de un año presentan mayor predisposición a las fracturas que los gatos adultos, ya que sus huesos aún o tienen la madurez ósea suficiente, es decir, que aún no tienen los huesos tan duros como los adultos.

En casos más graves las fracturas pueden ser expuestas, esto es cuando el hueso sale atravesando la piel, provocando lesiones de consideración en el tejido blando adyacente (músculo, piel, vasos, nervios). Este tipo de fracturas debe de tratarlas inmediatamente el Médico Veterinario para evitar la contaminación de la herida y sus potenciales y catastróficas complicaciones. Se debe evitar al máximo el movimiento colocando una férula o entablillado para no dañar accidentalmente a los tejidos involucrados. La resolución definitiva suele ser quirúrgica.

Las luxaciones, al igual que las fracturas, se presentan más en los miembros anteriores que en los posteriores. Una luxación es cuando los hueso que conforman una articulación se desplazan, saliéndose de su lugar. Las más frecuentes son a nivel de los huesos que forman la muñeca (carpos), así como en los huesos llamados tarsos, los cuales forman la parte posterior del pie. En ocasiones pueden ser tratadas regresando los huesos en su lugar y manteniéndolos fijos mediante vendaje o férula, sin embargo, en otras es necesario estabilizarlas mediante procedimientos quirúrgicos.

Las lesiones de columna vertebral son muy raras y cuando ocurren generalmente se presentan en vértebras torácicas y lumbares, provocando inmovilidad de miembros anteriores o posteriores, o de ambos. Es fundamental la valoración neurológica y radiográfica para sugerir un pronóstico.


Traumatismo Terminal


Se presentan en un 7% de los gatos y las lesiones más frecuentes son el hemoperitoneo o presencia de sangre en la cavidad abdominal; hernia diafragmática la cual es una ruptura del músculo diafragmático lo cual permite que algunos órganos abdominales, como pueden ser los intestinos, ingresan a la cavidad torácica; también se presentan problemas en las vías urinarias como ruptura de vejiga. De estas lesiones, las que requieren tratamiento quirúrgico son la hernia diafragmática y la ruptura de vejiga, pero antes de esto el Médico Veterinario habrá estabilizado la condición del gato lesionado.


Estado de Choque


Es cuando existe una disfunción del sistema circulatorio lo suficientemente intensa para comprometer la irrigación de los tejidos. Esto se traduce en una falta de oxigenación a nivel celular, ya que es el glóbulo rojo quien se encarga de transportar el oxígeno y entregarlo a las células. Sabemos que el oxígeno es fundamental para el metabolismo celular, por lo que si la anoxia es sostenida conducirá a muerte celular, la cual, si alcanza una masa crítica lesionaran al tejido que conforma y finalmente afectar la función del órgano. Esto es particularmente cierto para órganos vitales como cerebro, riñón, hígado, corazón. Algunos pasos que el Médico Veterinario seguirá ante un gato en estado de choque será básicamente en la administración de líquidos, esteroides y antibióticos, con la finalidad de facilitar al organismo recuperarse de esta alteración.

¿Por qué los gatos pueden soportar caídas de varios metros de altura? ¿Por qué algunos gatos que caen de media altura presentan más lesiones que los que caen de alturas mayores?

Son muchos los factores que influyen en el tipo y severidad de las lesiones, los más importantes son la altura desde donde cayó, así como la superficie donde se impactó; otros.
Factores son la posición en la que caen, la resistencia al aire y los obstáculos encontrados durante la caída.

Se ha demostrado que los gatos que caen de una distancia mayor a dos pisos y menor a siete, son los que presentan el más alto porcentaje de lesiones, esto se debe a que no han alcanzado su velocidad terminal de caída, la cual es determinada por la masa y arrastre corporal, originando una continua estimulación del aparato vestibular, que por cierto es el que da el equilibrio del cuerpo, provocando así que mantenga los miembros extendido y rígidos, favoreciendo aún más la aceleración, por lo que habrá una mayor predisposición a las lesiones, debido al poco tiempo de preparación para el aterrizaje.

Cuando los gatos caen de una altura mayor a siete pisos, la velocidad de caída terminal (60 millas por hora) se alcanza y el aparato vestibular es menos estimulado, permitiendo al gato relajar en extender los miembros en forma horizontal. Al tomar esta posición disminuyen las probabilidades de rotación o giros. Al alcanzar la velocidad terminal, el gato distribuye la fuerza del impacto a través de su cuerpo como si estuviera simulando un paracaídas, disminuyendo de esta forma el riesgo de lesión.

La superficie en donde caerá el gato es otro factor importante a considerar, ya que influye en el grado de lesión. Si la superficie es como la del pasto (o algo parecido) el impacto es menor y disminuye la severidad de las lesiones; por el contrario, cuando caen en una superficie de concreto o asfalto, se eleva el riesgo de lesionarse más severamente.


Prevención 


Como no podemos cambiar la genética del comportamiento del gato las posibilidades de prevención son: 

1- evitar el acceso a los balcones, ventanas, terrazas, etc. 

2- disponer de elementos de contención para evitar la caída, como redes o enrejados que actúan como protección de balcones o de ventanas que dan al exterior, y en las terrazas hay que poner protección o elementos que eviten la llegada y /o circulación por el borde de la pared.

3- la castración puede disminuir la tendencia a subir a los bordes y a caer de los balcones, pero no se debe utilizar como único medio para evitar las caídas. 

Como ya se mencionó con anterioridad, el síndrome del gato volador es muy común en gatos que viven en la ciudad, pero afortunadamente el porcentaje de supervivencia de ellos es muy alto, siempre y cuando se dé el tratamiento adecuado y a tiempo. Es por eso que siempre debes recordar que si tu gato sufre este síndrome, tendrás que llevarlo inmediatamente con el Médico Veterinario, pero como siempre lo mejor es la prevención, toma las debidas precauciones para evitar que esto suceda.









sábado, 27 de abril de 2013

El calicivirus felino (FCV).









Al igual que sucede con la infección herpética, el contagio del calicivirus felino se produce por contacto directo y a través de partículas de saliva, lágrimas y material patológico eliminado por gatos enfermos.

El Calicivirus Felino es un virus que produce una enfermedad respiratoria que puede variar desde leve a grave. Los gatos se infectan al inhalar o tragar las partículas víricas y los signos pueden aparecer de 2 a 10 días después de exponerse al virus. Los signos precoces son nariz y ojos aguados, estornudos, depresión y falta de apetito. A veces se forman úlceras en la lengua y en el paladar duro y la mayor parte de los gatos infectados babean mucho. La enfermedad dura entre 1 a 4 semanas. Aunque la mayoría se recupera, hay casos que no. Los gatitos pequeños son los que pueden llegar a estar gravemente afectados. Algunos gatos se recuperan de la enfermedad en su fase inicial, quedando como portadores y eliminando virus durante semanas o incluso años. 

El calicivirus es un agente con una variabilidad genética patente, de hecho, a día de hoy se desconoce con exactitud la cantidad de cepas existentes en el campo. Esta cualidad junto con su capacidad de supervivencia en superficies inertes, y la fase de latencia que suele desarrollar en el animal, hace que esta enfermedad infecciosa sea la más frecuente en la especie felina. De aquí, que lo importante sea conocer las distintas manifestaciones de la enfermedad para procurar un tratamiento y seguimiento adecuado al paciente.

La infección por Calicivirus felino (FCV) provoca clásicamente una enfermedad oral y respiratoria muy frecuente en gatos de todo el mundo. El FCV pertenece a la Familia Caliviridae y al género Vesivirus. La estructura del virión consiste en una cadena positiva simple de ARN, de pequeño tamaño y sin envoltura. Al ser un virus ARN, la aparición de errores en la replicación viral es muy frecuente. Ello es fundamentalmente a la baja fidelidad de las copias de ARN a las que da lugar la enzima ARN polimerasa del virus. La consecuencia de este fenómeno es un elevado índice de evolución de los FCV, que se calcula en aproximadamente un 2-4% anual, y ello les confiere una gran capacidad de adaptación y exploración de nuevos entornos. Este alto grado de variabilidad es la razón por la que la definición de cepa en el caso de los calicivirus ha generado no pocas controversias.

Actualmente se considera que un FCV pertenece a una cepa diferente cuando se detecta un cambio de más de un 20% en las secuencias de nucleótidos de la región E de la cápside. La cápside del FCV tiene una importancia crucial, ya que posee la proteína que reconoce al tipo de célula del hospedador necesaria para la replicación viral. Asimismo, contiene la información antigénica más importante para la respuesta defensiva del sistema inmune del gato.

La alta tasa de mutación del FCV es la razón por la que han sido descritas gran número de cepas, cada una de las cuales posee diferente grado de patogenicidad. Esa podría ser una de las causas de la gran variedad de cuadros clínicos descritos en gatos infectados por FCV Se ha demostrado inmunidad cruzada del gato frente a diversas cepas. Pero aun así, un mismo gato podría infectarse sucesivamente con cepas distintas y padecer varios cuadros de gravedad variable. No hay ninguna cepa que haya demostrado proteger frente a todas las cepas de campo conocidas. De hecho, se sospecha que, con el paso del tiempo, muchas cepas vacunales van perdiendo eficacia debido a la presión epidemiológica de las nuevas cepas de campo.
Por otro lado, la alta variabilidad del FCV ha definido el término de quasiespecie: se definiría como oda la población de FCV que infectan a un gato y que poseen ligeras diferencias genómicas y muy probablemente antigénicas. Las consecuencias más importantes de la gran variabilidad de este tipo de virus son:

El FCV se replica normalmente en las células epiteliales de las vías respiratorias superiores.

El grado de prevalencia en una población felina es proporcional al número de individuos:
en grupos de gatos caseros poco numerosos, suele haber una incidencia del 10%; en colonias de muchos gatos y poco controladas, la prevalencia del FCV puede llegar hasta el 25-40%. Existen dos vías principales por las que un gato puede contagiarse con un FCV:


Epidemiología 


El aerosol formado por los estornudos podría tener un papel en la infección, pero el volumen tidal del gato es muy bajo como para crear gotas que persistan en el aire. Aunque se han detectado FCV en orina, sangre y heces de los gatos infectados, estas no se consideran vías de contagio importantes. 

Indirectamente por: Comederos, bebederos y objetos que pertenezcan al ambiente del gato pueden impregnarse de secreciones donde el FCV se mantiene activo hasta 28 días. Es la vía de contagio más importante en clínicas veterinarias, lo cual nos obliga a tener un diseño de protección cuidadoso. 

La Calicivirosis genera estados de portador entre los gatos afectados. A diferencia del FHV-1, con quien comparte nicho biológico en muchos casos, el gato que contrae el FCV lo excreta continuamente durante la enfermedad e incluso tras la curación, y lo puede hacer durante unos 75 días. Esto sucede en aproximadamente el 80-85% de los gatos que padecen la enfermedad.

 
El otro 15-20% puede quedarse como portador sano y eliminar durante toda su vida partículas víricas infectantes al ambiente, aun sin padecer enfermedad. La concentración de partículas víricas y el periodo de eliminación dependen de varios factores, y aquí juegan un papel las enfermedades concurrentes. La presencia de retrovirus asociados a FCV en un mismo gato empeora el cuadro clínico y prolonga el tiempo de excreción viral. 

Una vez que el virus entra en el organismo del gato, se produce una primera replicación viral en la orofaringe. A partir de ahí, el FCV se disemina por toda la orofaringe y puede incluso replicarse en nódulos linfoides, riñón, pulmones, articulaciones y cerebelo. Tras esta fase, suele volver nuevamente a la orofaringe, donde son eliminadas gran cantidad de partículas virales activas por las secreciones nasales, lágrimas y saliva. La aparición de signos clínicos coincide con esta segunda fase orofaríngea, y suele suceder entre los 2 y 10 días tras la infección. 

La infección por FCV puede manifestarse en el gato mediante una enfermedad aguda o crónica, dependiendo de qué tipo de cepa la provoque o la respuesta inmune del hospedador. En los últimos años se ha descrito un cuadro muy grave de enfermedad sistémica provocado por cepas hipervirulentas de FCV y que se escapa de la clasificación clásica de cuadros clínicos asociados a este virus.• Directamente a partir de otro gato Infectado: Los gatos que padecen calicivirosis la transmiten por las secreciones nasales, las lágrimas y la saliva, normalmente por contacto.



Aparición de nuevas enfermedades relacionadas con FCV. 


Persistencia viral y, como consecuencia, aparición de enfermedades crónicas e individuos portadores.
Suele provocar un cuadro moderado de gripe felina. A menudo, el único signo clínico de la infección por FCV es la aparición de úlceras en la boca. Las aftas pueden hallarse en la lengua, en el paladar o en la nariz.

Calicivirus es una familia de pequeños virus no envueltos que poseen un genoma de ARN y una capside sencilla proteica. Miembros de esta familia incluyen los calicivirus felinos (CVF), virus del exantema vesicular de los cerdos y virus de la enfermedad hemorrágica de los conejos.

 Los gatitos deben recibir la primera vacuna a las 8 semanas de vida y el refuerzo al mes. Los gatos adultos deben ser revacunados anualmente. La vacuna solo previene contra un tipo deCalicivirus Felino, pudiendo el gato infectarse con otro serotipo vírico (virus de campo).

El calicivirus felino es un virus ARN. Existe un gran número de cepas con notables diferencias serológicas y antigénicas, aunque muchas muestran reacción cruzada compartiendo antígenos comunes. Todas las cepas se pueden considerar variantes de un solo serotipo.

Este virus es inactivado a 50º C durante 30 minutos y, a diferencia del herpesvirus de la RVF, puede permanecer infectante durante 10 días a temperatura ambiente y puede sobrevivir hasta 4 años a – 65º C. Es resistente al éter y cloroformo y es estable a un pH de 4. El hipoclorito de sodio al 0.175% lo inactiva rápidamente.

Algunas cepas de FCV provocan fiebre y cojera en algunos gatos jóvenes (este signo puede verse ocasionalmente tras la vacunación frente al FCV). Los gatos afectados se recuperan a los pocos días, aunque podrían necesitar la ayuda de analgésicos mientras duren los síntomas. 


Recientemente, se ha identificado una cepa muy virulenta de FCV, también llamada Calicivirus Felino Virulento. Esta cepa provoca una inflamación de la cara y las patas asociada a un rápido deterioro de todo el organismo que desemboca en la muerte en hasta un 60% de los casos.

El calicivirus felino virulento sistémico (FCV-VS) es una variante del calicivirus felino común (FCV) más mortífera y con sintomatología más grave. Produce:

  • Ictericia (mucosas e incluso piel amarillentas por el acúmulo de bilirrubina).
  • Edema subcutáneo (hinchazón), sobretodo en extremidades y cara. 
  • También alopecia (falta de pelo). 
  • Costras y ulceración de nariz, labios, orejas, almohadillas plantares y extremidades. 
  • Gingivoestomatitis crónica.
  • Gingivitis.
  • Estomatitis.
  • Faucitis.
  • Glositis.
  • Artritis crónica.
  • Fallo multiorgánico, edemas en cabeza, dermatosis ulcerativa, ictericia, muerte en un 80% de casos.

Algunas veces se ha descrito el limping syndrome en gatos recientemente vacunados contra la calicivirus con vacunas vivas atenuadas.

Se considera que la cepa vacuna se activa en estos casos y es capaz de producir la enfermedad. La poliartritis por calicivirus también puede aparecer en la forma crónica de la enfermedad.

En cualquiera de las manifestaciones del FCV agudo hay una recuperación completa entre las 2 y 3 semanas tras la aparición de los síntomas,con lo cual se eliminará el virus. Sin embargo,
si la reacción del sistema inmune del gato afectado no es adecuada, este pasará al estado de portador crónico y de esta manera eliminará el virus durante mucho tiempo, a veces de por vida. Además, algunos gatos padecerán alguna de las formas crónicas de calicivirosis que han sido descritas.

Han sido descritos dos tipos de cuadros clínicos asociados a la infección crónica por FCV:

Cuando la respuesta inmune a nivel de la cápsula sinovial no es adecuada, el gato padece una artritis crónica que se considera como inmunomediada. La manifestación clínica es una cojera intermitente, anorexia, fiebre, decaimiento y derrames sinoviales en las articulaciones afectadas.

Más especial es la otra manera de manifestarse la infección crónica por FCV. Hasta el 80% de los gatos que padecen gingivoestomatitis linfoplasmocitaria crónica están infectados por FCV. Los signos clínicos son sialorrea, dolor articular, hiperexcitación, hipersalivación, pérdida de voz o muerte súbita). 

Brotes descritos únicamente en USA, Reino Unido, Francia y España. Cada brote afecta a gatos de todas las edades, correctamente vacunados o no frente a FCV.

Los virus se multiplican con facilidad y producen rápidamente efecto citopático en cultivos celulares de felino. No se replica en otras células que no sean felinas y tampoco produce cuerpos de inclusión.

La distribución geográfica de esta enfermedad es mundial, y aunque probablemente todos los felinos sean susceptibles, sólo se ha descrito en gatos y leopardos.


Diagnóstico 


La manera más común de diagnosticar la infección por FCV es basándose en el cuadro clínico (fiebre, conjuntivitis, anorexia y ulceraciones orales). Sin embargo, cuando nos enfrentamos a un gato con síntomas menos frecuentes que no responde al tratamiento convencional, o a un colectivo donde hay que confirmar la presencia o no de FCV, tendremos que utilizar métodos de 

Diagnósticos avanzados 

Aislamiento viral: Se trata de un método de diagnóstico muy fiable. El problema es tener a mano un laboratorio que pueda practicarlo. Se realiza a partir de hisopados de mucosa orofaríngea, y tiene una sensibilidad del 90%. Los falsos positivos pueden darse en gatos sanos portadores crónicos que eliminan virus sin padecer enfermedad. Asimismo, los falsos negativos ocurren en gatos enfermos que están recuperándose y ya no eliminan apenas virus. 

Otra posibilidad sería que el gato padezca una cepa de FCV que no crezca en mucosa orofaríngea. La serología frente a FCV tiene una utilidad muy limitada, habida cuenta la interferencia con los anticuerpos vacunales que impiden la interpretación de los resultados. Por otro lado los problemas de falsos positivos y negativos son similares a los del aislamiento viral. 

Las técnicas de RT-PCR se consideran hoy en día un método de diagnóstico sencillo y fiable para la infección por FCV. Las muestras se toman mediante hisopos ó “citobrush” estériles directamente de la mucosa oral del gato sospechoso. Una importante ventaja de esta técnica es la de poder discriminar la cepa de FCV que se encuentra presente en cada infección, lo cual la hace muy útil para diferenciar gatos infectados de gatos vacunados. Por otro lado, si un gato siempre da positivo a la misma cepa, se puede concluir que nos encontramos frente a un portador crónico y nos servirá para manejar infecciones en criaderos y colectividades. Se considera una técnica más sensible que el aislamiento viral, y es la más utilizada para el diagnóstico de enfermos crónicos de calicivirosis y para chequear poblaciones infectadas. La mayor limitación es la aparición de falsos negativos como consecuencia de la alta capacidad de mutación de los FCV. 

En concreto, en los brotes por FCV-VS, al tratarse de cepas mutadas con depleción de algunas porciones del genoma que codifica la cápside, los falsos negativos en los resultados de PCR son frecuentes. 

La técnica de diagnóstico Inmunohistoquímica consiste en la determinación, a partir de anticuerpos monoclonales marcados, de la presencia de antígeno viral dentro de las células infectadas por FCV. La célula diana del FCV es el Linfocito B, por lo que la presencia dentro de estas células de fluorescencia por esta técnica dará un resultado positivo a la infección por FCV. Esta técnica no diferencia tampoco portadores de enfermos, por lo que habrá que interpretarla con los datos clínicos del paciente. Donde la inmunohistoquímica sí juega un papel fundamental es en el diagnóstico de las infecciones por el FCV-VS. De hecho, se considera el gold standard para este tipo de enfermedad. La clave consiste en detectar antígeno viral en el interior de células que las cepas habituales de FCV no infectan, como son las células epiteliales, células endoteliales, macrófagos y hepatocitos. Desgraciadamente muy pocos centros en todo el mundo tienen a punto esta técnica. Las muestras deben enviarse inmersas en formalina hasta dichos laboratorios. 

En Europa, actualmente se realiza esta técnica en la Universidad de Liverpool. 


Tratamiento 


Los gatos con infección aguda por FCV suelen llegar a nuestras consultas con deshidratación por falta de nutrición adecuada consecuencia de la fiebre, el malestar general, las secreciones nasales y las úlceras orales. Por ello, un tratamiento inicial a base de fluidoterapia es primordial para evitar complicaciones subsiguientes. La elección del fluido dependerá de los niveles de potasio, que suele bajar en gatos anoréxicos. 

Las úlceras orales son muy dolorosas, e impiden por sí solas que el animal coma. Un buen manejo de dolor con AINEs o analgésicos diariamente o cada 2 días hasta que el gato muestre recuperación) y corticoides. Los resultados no parecen ser aún demasiado alentadores. 

En el caso de las infecciones crónicas por FCV, al tratarse de la consecuencia de una mala respuesta inmune del organismo frente al virus, los inmunosupresores juegan un papel importante en el control de la enfermedad. 

La artritis por inmunocomplejos responde adecuadamente a los corticoides, la ciclosporina A o a las sales de oro. 

Desgraciadamente, las recidivas son frecuentes, y muchas veces el tratamiento inmunosupresor crónico es necesario, con los consiguientes efectos secundarios. En el caso de la gingivoestomatitis crónica por FCV, un tratamiento odontológico a base de limpieza de boca y extracciones dentarias múltiples es fundamental para que mejore la respuesta posterior al tratamiento. 


Prevención 


La infección por FCV afecta a colectividades de gatos, controladas o no, de todo el mundo. 

Al tratarse de un virus tan contagioso, los resultados pueden ser fatales y la prevención adquiere, por tanto, un papel clave para el control de los brotes. 

Actualmente, la vacunación frente a FCV (como frente a FHV-1 y el virus de la Panleucopenia) se recomienda a TODOS LOS GATOS. El protocolo de vacunación más aceptado es una primovacunación con dos dosis a las 8 y 12 semanas de vida. En situaciones de alto riesgo se recomienda una tercera dosis a las 16 semanas. La frecuencia de la vacunación de recuerdo varía según los riesgos de contagio de cada individuo. En general, a los gatos que viven en colectividades, acuden a residencias o exposiciones felinas, o simplemente viven en semilibertad debería practicárseles la revacunación anual frente a esta enfermedad. 

Existen estudios que recomiendan la revacunación trianual en individuos que viven solos y no sufren riesgo de contagio a lo largo de su vida. 

Existen en el mercado dos variedades de vacunas: atenuadas e inactivadas. En EEUU se comercializa también una vacuna intranasal, con mayor rapidez de acción, muy útil para controlar brotes de la enfermedad. Las vacunas inactivadas suelen requerir adyuvantes para potenciar su efecto, y en el caso de los gatos, estos compuestos favorecen las inflamaciones post-inyección, que tantos problemas pueden generar. Actualmente existe en el mercado una nueva vacuna inactivada no adyuvantada que además se beneficia de poseer dos nuevas cepas no utilizadas anteriormente. Según todos los estudios, utilizar nuevas cepas frente a infecciones por virus muy mutables, como el FCV, aporta una mayor efectividad al acto de la vacunación. En un estudio realizado en la Universidad de Glasgow, se observó que las nuevas vacunas con cepas nóveles de FCV protegían frente a un mayor número de cepas de campo que las antiguas vacunas. 

Sin embargo, en el caso de los brotes por FCVVS no se ha observado que ninguna cepa vacunal actual proteja efectivamente frente al FCV mutado que provoca este síndrome. 

Se han descrito muertes tanto en gatos no vacunados como vacunados correctamente. 

Los laboratorios intentan aislar a partir de brotes cepas de FCV-VS mutadas para fabricar nuevas vacunas. Sin embargo, cada brote demuestra estar provocado por una cepa con una mutación diferente. Eso dificulta el trabajo de desarrollo de nuevas vacunas efectivas. 

En una enfermedad tan contagiosa y que se transmite por transgredir cualquier norma de higiene en los centros donde se alojen grupos de gatos. 

• Es fundamental conocer los gatos infectados de los no infectados y separarlos en grupos de aislamiento. Para ello es muy útil el diagnóstico clínico unido a las técnicas de PCR a partir de hisopados de mucosa oral (detecta a enfermos y portadores). 

• Siempre debemos organizarnos para manejar al grupo de gatos sanos primero y después hacerlo al de gatos enfermos (limpieza, comida, agua, juegos...). En los centros que puedan permitírselo, lo ideal sería ocupar a personal diferente para sanos y para enfermos. 

• Para hacer una buena desinfección de los objetos con los que interaccionan los gatos, debemos utilizar productos seguros y efectivos (bicarbonato sódico, peroximonosulfato de potasio) del mismo recinto para minimizar el estrés, lo cual predispone a los gatos a padecer enfermedades infecciosas. 

• Sólo deben admitirse gatos vacunados en el criadero. Las vacunas inactivadas son las indicadas en lugares donde hay gran número de gatos. 

• Hay que chequear con test frente a FCV a TODOS LOS GATOS, y separar positivos de negativos. 

• Como los gatos que dejan de eliminar virus lo hacen a los 75 días, ese será el intervalo de tiempo para el siguiente test de detección frente a FCV. A resultas de este segundo test, volveremos a separar a los negativos. Continuaremos haciendo test de diagnóstico cada 75 días hasta que no quede ningún gato portador. 

• Tras 3 análisis positivos, un gato se considera portador crónico, por lo que habrá que valorar dejarlo aislado o apartarlo del criadero. 

• Los gatos que vienen nuevos al criadero deben pasar una cuarentena de 2 semanas y hacerles un test de diagnóstico frente aFCV para poder acceder a convivir con los gatos sanos. Igualmente actuaremos con los gatos que hayan salido para cruzarse a otro criadero. Si el criadero del que provienen los gatos tiene idénticas medidas de control, no será necesaria ni la cuarentena ni los análisis. 

• Para entrar y trabajar con cada grupo de gatos infecciosos debería proporcionarse vestimenta, calzas, gorros y guantes desechables. El manejo de cada gato debe minimizarse para disminuir la diseminación del virus. 

• Las gateras deben separarse al menos un metro entre ellas. El ambiente en la zona de hospitalización debe tener ventilación adecuada, temperatura óptima y humedad relativa baja. 

• Los habitáculos se deben limpiar a fondo cada día y desinfectarlos con lejía a la concentración indicada. Cuando el grupo de gatos infectados salga, tras la limpieza y desinfección se recomienda dejarlas vacías el mayor tiempo posible antes de introducir nuevos gatos (máximo 4 semanas). 

En países como Reino Unido existen organismos donde asesoran para la construcción de instalaciones destinadas a albergar gatos recogidos de la calle. 

De esta manera se minimiza el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas Si nos encontramos frente al problema de un criadero donde surgen casos de calicivirosis y nos consultan sobre la manera de erradicar la enfermedad, las recomendaciones serían las siguientes: 

  • Los criadores deben seguir en general la norma de no alojar más de 5 gatos dentro 
  • Elegir la mejor pauta y tipo de vacunación para proteger a nuestros pacientes frente al mayor número de cepas de FCV. 
  • Los gatos que se recuperan de una infección por FCV-VS pueden quedar portadores y eliminan el virus hasta los 75 días post infección. 
  • Realizar pruebas de diagnóstico cada mes hasta que no eliminen virus. Hasta un mes más tarde de obtener la última prueba negativa no se recomienda ponerlos en contacto con otros gatos. Las zonas donde han estado alojados gatos con un brote de FCV-VS deberían dejarse vacías durante al menos un mes antes de introducir otros gatos. 
  • Las madres preñadas deben aislarse del resto de los gatos del criadero 3 semanas antes del parto. A los gatitos recién nacidos se les debe separar de la madre a las 4-5 semanas si se sospecha que ella es portadora. A todos los gatitos se les debe vacunar a partir de las 8 semanas de edad y seguir el protocolo de vacunación descrito anteriormente. Cuando tengamos una clínica veterinaria donde visitemos gatos, habrá una serie de medidas que deberemos tener preparadas por si nos sucede un brote de infección por FCV-VS.
  • Habilitar un espacio de cuarentena donde tener aislados a los gatos infectados en tratamiento. Si el animal está recuperándose y en buen estado, lo remitiremos a su casa cuanto antes y lo trataremos de forma ambulatoria (siempre que no haya otros gatos en su casa) 
  • El entrenamiento del personal de la clínica en el manejo e higiene de gatos infecciosos es primordial. A ser posible, asignaremos un veterinario y uno o dos auxiliares para el tratamiento exclusivo del brote. 
  • Los puntos clave para la limpieza con antisépticos efectivos son los pomos, los teclados y ratones de ordenador, el teléfono, los comederos y bebederos y las manos del personal. 

Deberían usarse guantes, gorros, calzas y vestimenta de un solo uso para cada contacto con los animales enfermos.

Entonces sería recomendable que todas las mamás y los papás de Gatos, gatas y gatitos empiecen a prevenir y a cuidar mucho más a sus tesoros felinos.


jueves, 25 de abril de 2013

El Gato De Cheshire









"Mientras hacía estas consideraciones, miró hacia arriba, y ¡hete aquí al Gato nuevamente, recostado sobre la rama de un árbol!
— ¿Dijiste "lechón" o "pichón"?, le preguntó el Gato.
— Dije "lechón", aclaró Alicia. ¡Y a ver si dejas de estar apareciendo y desapareciendo tan de golpe, que mareas a cualquiera!
— ¡Vale!, dijo el Gato, y esta vez se desvaneció muy paulatinamente, empezando por la punta de la cola y terminando por la sonrisa, que permaneció flotando en el aire un rato después de haber desaparecido todo el resto.
"¡Bueno! Muchas veces he visto a un gato sin sonrisa", pensó Alicia, "pero ¡una sonrisa sin gato…! ¡Esto es lo más raro que he visto en toda mi vida!"



La conversación que antecede se encuentra en Alicia en el país de las maravillas (1865), de Lewis Carroll y es uno de los diversos fragmentos donde aparece el denominado Gato de Cheshire.



La extrañeza de Alicia ante este Gato que no deja de aparecer y desaparecer sonriendo con una mueca es total, ya que ella «no sabía siquiera que los gatos pudieran sonreír». Sucede incluso que en algún momento el Gato «sonrió más y más». Cuando Alicia pregunta a la Duquesa: «¿Por qué sonríe su gato de esa manera?», la única aclaración que la Duquesa le ofrece es que «es un Gato de Cheshire» y «por eso sonríe». Al comentario de Alicia de que «no sabía que los gatos de Cheshire estuvieran siempre sonriendo», la Duquesa le hace notar que «todos pueden hacerlo y casi todos lo hacen».


Un gato que se atreve a decir lo que piensa, con una inteligencia mayor a la normal. Un gato que sonríe y desaparece, que da cátedras filosóficas, llega de pronto y desaparece a la nada, dejando un extraño recuerdo ante su paso.

No estamos hablando de un gato cualquiera, aunque bien podría serlo, sino del gato de Cheshire, el gato simbólico de “Alicia en el País de las maravillas“, libro creado por Lewis Carroll en 1862 y que vio la luz en 1863, el libro originalmente tenía el nombre de “Las aventuras subterráneas de Alicia”, pero fue cambiado por parecer demasiado escolar o un dar la impresión de ser un libro sobre minerales. En el texto de Carroll hay un gato que todos reconocemos, un gato que no sólo habla, sino que deja pistas, salva y tiene conversaciones profundas, como cuando genera una discusión entre el Rey, la Reina y el verdugo acerca de si se puede decapitar a una criatura que no tiene, de hecho, cuerpo.

La característica del gato de Cheshire es la capacidad para desaparecer gradualmente dejando al final la visión de una gran sonrisa; ese gato, es un gato especial.

Mucha gente cree erróneamente que el Gato de Cheshire fue una invención literaria de Lewis Carroll, pero hacía unos cuantos siglos que existía cuando él lo hizo famoso. ¿Cuáles fueron los orígenes de este Gato y su siniestra mueca?


Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, tendrá encuentros con criaturas que le plantearan problemas de lógica y filosofía, uno de los más sorprendentes es el Gato de Cheshire, cuya singular característica es que puede aparecer y desaparecer, además de su gran sonrisa con filosos dientes. Aunque en la obra jamas se menciona el color del gato, este ha pasado a la iconografía moderna por su color púrpura y fucsia puesto de moda en la película de igual nombre de Disney.


Dado que nunca existió una raza específica de gatos de Cheshire, se ha investigado mucho para determinar su posible identidad y entre las explicaciones que se han ofrecido unas son más satisfactorias que otras.

Una de las avanzadas hace referencia a la pésima calidad de las imágenes de leones sonrientes pintadas en los letreros de pubs y posadas de Cheshire —condado donde nació Carroll— que hacían pensar más en gatos que en auténticos leones. Asimismo, en su obra A Brief History of the Smile, Angus Trumble propone que podría tratarse de un vestigio de la cabeza de un lobo en el blasón de Hugo Lupus, el primer conde de Chester, o acaso una corrupción del antiguo emblema de otra influyente familia de Cheshire que tenía un hombre montado a horcajadas sobre un león pero, al igual que con los citados letreros, la escasa habilidad de los pintores locales hacía que el león se confundiera con las formas de un gato rechoncho.

Por su parte, los historiadores del condado han apuntado que el verdadero origen se encuentra en los quesos de Cheshire moldeados en la forma de un gato, a veces con bigotes y otros motivos felinos incorporados con fines efectistas. El resto del gato se omitía en el queso y daba la impresión de que todo el gato excepto su sonrisa había desaparecido.

Lewis Carroll no aportó ningún dato sobre el origen del gato ni su sonrisa burlona —uno de sus símbolos más memorables, tal como apunta Alicia— pero la frase inglesa «sonreír como un gato de Cheshire» (así como las variantes locales «sonreír como un hurón» y «sonreír como un gato de Cheshire comiendo gravilla») probablemente tuvo mucho que ver en la creación de su personaje.

Al parecer, se trataba de una expresión muy corriente en el periodo victoriano y durante la regencia del príncipe de Gales en Gran Bretaña (1811-1820) o del duque de Orleáns en Francia (1715-1723). La frase se había abreviado a partir de una más larga que decía «sonreír como un Caterling de Cheshire». Pues bien, este «Caterling» era un belicoso espadachín en tiempos de Ricardo III, protector de los Bosques Reales que alcanzó gran fama por la malvada y sardónica sonrisa que esgrimía cuando liquidaba a algún cazador furtivo con su espada justiciera. Su apellido Caterling pronto empezó a ser recortado y dejado en «Cat» (recuérdese que «cat» en inglés significa «gato») y a todo aquel que adoptaba una sonrisa maligna se le decía que sonreía como un «Gato de Cheshire».


Cabezas de gato



Además de las anteriores explicaciones sobre la fuente de inspiración utilizada por Lewis Carroll para su famoso gato, se han sugerido otras igualmente plausibles. El origen podría encontrarse en las llamadas «cabezas de gato» utilizadas como elemento decorativo en los arcos o tímpanos de las iglesias normandas y románicas. Aunque algunas de estas representaciones se parecen muy poco a la cabeza de un gato excepto en las orejas, se cree que las más primitivas se reprodujeron probablemente con la intención de representar verdaderos gatos.

Se ha citado como ejemplo de lo anterior las tallas con cabezas que supuestamente representan gatos en diversas parroquias desde la de Croft-on-Tess, en el noreste de Inglaterra donde el padre de Carroll había sido rector, hasta las cabezas de las arroquias de Cranleigh y Pot Shrigley (Surrey) donde Carroll viajaba frecuentemente cuando vivía en Guildford. También hay otra imagen —más alargada y completa— en el lado oeste de la torre de la iglesia de Grappenhall (Warrington), pero algunos expertos arguyen que se trata solamente de los rostros de demonios burlones, similares a otros muchos encontrados en iglesias medievales tardías. Las cabezas de la puerta sur de la iglesia de Iffley, cercana a Oxford, tienen un aire especialmente felino, pero también hay gárgolas leoninas esgrimiendo grotescas muecas en el lado norte de la iglesia de Daresbury, pueblo donde Lewis Carroll vivió de muchacho.

Fred Gettings ha sugerido que a un muchacho sensible como Carroll estas gárgolas leoninas podían haberle sugerido la idea de un gato que sonreía burlonamente. En la actualidad, hay una gran vidriera conmemorativa de Carroll en el extremo este de la parroquia de Daresbury que representa a los principales personajes del País de las Maravillas, donde el Gato de Cheshire ocupa un puesto destacado. No obstante, no acaban aquí las posibles fuentes de inspiración para tal personaje. 

El Gato De Cheshire Simboliza:


“Cuando Alicia se encuentra al gato de Cheshire, mantiene una conversación un tanto curiosa:

-¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?- pregunta Alicia.
-Eso depende de a dónde quieras llegar-  responde el gato.
-A mi no me importa demasiado a donde.
-En ese caso, da igual hacia donde vayas.
-“Siempre que llegue a alguna parte”
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante.

A Alicia le pareció que esto era innegable y es cierto, parece una conversación algo absurda. El gato es una especia de Dios, aparece y desaparece cuando quiere, sin darnos cuenta puede estar presente a nuestras espaldas. En el capítulo del juego de croquet, vemos que el gato está también por sobre los reyes, y que se niega a hacerles reverencia. Ellos deberían reverenciar al gato, y no Dios a ellos. Incluso tienen el atrevimiento de querer cortarle la cabeza, como muchas veces queremos matar a Dios y sacarlo del mapa.

Tengo la impresión que el gato aparece en nuestras vidas justo en el momento en que más nos cuestionamos. Cosas como, ¿que sentido tiene la vida? Muchas veces son preguntas que nos hacemos y el gato nos diría, la vida tiene un solo sentido: hacia delante. Esto es lo que representa el gato: un cable a tierra, lo que reafirma la idea del gato Dios. A veces nos apoyamos mucho en nuestras ideas y creemos saberlo todo, pero es obvio que si caminamos, paso a paso, llegaremos a algún lugar.

O como dijo Salomón: "no hay nada nuevo bajo el sol". La quinta pata del gato simplemente no existe, y eso es lógico, la vida no es tan complicada, todos estamos locos.”


Como Lewis Carroll tenía gran interés en el simbolismo, las matemáticas y los juegos de palabras, algunos investigadores han buscado posibles pistas aclaratorias sobre el gato y su siniestra mueca en las referencias esotéricas y jeroglíficos dentro del texto. No es fácil descubrirlas porque algunas de las numerosas referencias arcanas del texto y de las ilustraciones (dibujadas por John Tenniel para las planchas de madera según instrucciones muy precisas del propio Carroll) son muy sutiles, pero así y todo es posible descifrar en ocasiones un simbolismo oculto.

Lewis Carroll vivió sus primeros años en Cheshire, en ese periodo era un Condado Palatino dominado por un conde con privilegios reales. Ebenezer Brewer ha registrado una tradición según la cual los gatos de Cheshire se ríen continuamente porque la idea de un Condado Palatino es absurda. Duquesa es la esposa o viuda de un duque y, de este modo la Duquesa que Alicia encuentra, poseía un rango superior al de un conde palatino lo que justifica su desprecio del gato cuando Alicia pregunta sobre él. Recuérde, además, que es la propia Duquesa quien informa a Alicia de que se trata de un «Gato de Cheshire».

En el análisis psicológico que Phyllis Greenacre ha hecho de Carroll señalaba que el tema del queso y el gato era de especial agrado para el escritor, «ya que provoca la fantasía de que el gato del queso podría comerse a la rata que se comiera el queso».

No aparece ninguna rata en el País de las Maravillas pero, en cambio, en el Gato de Cheshire podría verse con más claridad la gracia de tratarse de un símbolo lunar derivado de la mitología de la diosa Bastet con un rostro lunar que ríe en el creciente.

No es posible rebatir esta idea de que un gato que desaparece poco a poco recupera o muestra la antigua conexión entre el gato y la luna. El Gato de Cheshire aparece subido en la rama de un árbol contra el cielo, crece y mengua, aparece y desaparece dejando tras de sí un «creciente» de dientes evocador del creciente lunar. Tal interpretación permite explicar también por qué la Duquesa y Alicia discuten si será o no ventajoso acelerar el tiempo.

Para terminar, revisaremos el capítulo ocho donde reaparece la cabeza de nuestro Gato como si fuera una luna llena cerniéndose sobre el ilusorio mundo de naipes que tiene debajo de él mientras la Reina ordena «¡que le corten la cabeza!».

Cuando el verdugo que ha recibido tal orden argumenta con buena lógica que tan imposible era cortar una cabeza sin cuerpo como decapitar a un cuerpo sin cabeza, el Rey replica a su vez que todo aquello que tuviera cabeza podía ser decapitado y que se dejaran de decir tonterías. Alicia interviene diciendo:

«Es el Gato de la Duquesa, de forma que mejor será preguntárselo a ella». Mientras el verdugo va a buscarla, la cabeza del Gato empieza de nuevo a desvanecerse y ya había desaparecido del todo cuando éste se personó con la Duquesa: «El Rey y el verdugo se pusieron a corretear por todas partes, buscándolo en vano, mientras el resto de la comitiva volvía a reanudar la partida».

El Gato de Cheshire no vuelve a reaparecer en la historia de Alicia, pero en la actualidad lo encontramos reproducido en numerosos lugares, ya que es uno de los personajes más inolvidables del País de las Maravillas.



Esculturas


Algunos estudiosos defienden que Carroll se inspiró para crear al Gato de Cheshire en una escultura situada en la iglesia de Croft-on-Tees, pequeña localidad situada al noreste de Inglaterra, donde su padre era rector. Para otros el gato está basado en una gárgola esculpida en un pilar de St Nicolas Church Cranleigh, lugar al que Carroll solía viajar cuando vivía en Guildford. Finalmente, otros lo atribuyen a una escultura en la cara oeste de la torre de St Wilfrid's Church, Grappenhall, Warrington, en el condado de Cheshire, de donde toma el nombre.

El Brewer's Dictionary of Phrase and Fable afirma que sonreír como el Gato de Cheshire es "una vieja sonrisa popularizada por Lewis Carroll" y añade que en Cheshire se vendía queso con forma de gato sonriente.

Otro posible origen, más probable, es que Carroll se inspirase en los gatos que vivían en el puerto de Chester. De hecho, hasta 1979 se erigía un monumento al Gato de Cheshire en la orilla del río Dee, donde previamente se encontraba un almacén de quesos. Se decía que los gatos sentados en el muelle eran los más felices del Reino, puesto que se alimentaban de los ratones que llegaban en los barcos que distribuían el queso, de ahí la gran sonrisa. El monumento fue destruido cuando se demolió la casa Copfield, situada al lado del antiguo almacén, en 1979.


Influencias en la cultura popular


Películas

  •  En la versión cinematográfica de Disney, el Gato de Cheshire es un gran gato con franjas de color rosa y morado que canta Jabberwocky con la voz de Sterling Holloway. En la versión DVD, es el lector de los menús y canta la canción originalmente suprimida, I'm Odd en la voz de Jim Cummings.
  • En el videojuego de terror "American McGee's Alice" a pesar de su demacrada y esquelética apariencia, Cheshire continua siendo un fiel amigo de Alicia, que la aconseja con frase sarcásticas.
  • En The Muppet Movie, la canción "Can You Picture That?", de The Electric Mayhem incluye la letra "Grinning as a Cheshire Cat" (sonriendo como un Gato de Chesire).
  • En Just Friends, la canción "forgiveness", cantada por Samantha James, el personaje interpretado por la actriz Anna Faris, incluye la línea "Al igual que el gato de Cheshire, que dice "Miau, la que se presenta fuera de plazo, el tiempo, tiempo, tiempo, tiempo, tiempo, miau! " 
  • En la versión cinematográfica de Tim Burton se le representa como un rollizo gato de color gris con franjas azules en el pelaje. Sus desapariciones y apariciones se producen dejando una pequeña estela de humo azul. Stephen Fry es quien le presta voz en esta versión.
  • En la version cinematografica de Robert Halmi De 1999, la cara del gato de Cheshire esta basada en el rostro de la actriz Whoopi Goldberg quien destaca muy bien la gran sonrisa de este personaje.
  •  En la película animada japonesa Mi vecino Totoro 1988 como Gatobús (猫バス Nekobasu) como su nombre indica, se trata de un espíritu-gato (Bakeneko) que ha asumido la forma de autobús. Acude a la llamada de Oo-Totoro que lo utiliza como medio de transporte. Entre otras peculiaridades posee seis pares de patas y poderes que le permiten desplazarse a velocidades increíbles sin ser visto.

Televisión

  • En el episodio 22 ª de la segunda temporada de Prison Break, Theodore "T-Bag" Bagwell describe su sonrisa como la del gato de Cheshire cuando se reúne con Brad Bellick en una celda de la cárcel en Panamá.
  • En el episodio 6º de la serie de anime "Serial Experiments Lain", la protagonista mantiene una conversación con una boca sonriente, perteneciente a un "seguidor" que debido a sus permisos de usuario no solo puede observar sino también comunicarse con ella.
  • En un episodio de la serie de anime "Cardcaptor Sakura", la protagonista, Sakura Kinomoto queda atrapada por medio de magia dentro de una copia del libro "Alicia en el país de las maravillas" donde se encuentra con varios de sus amigos y familia haciendo el papel de los personajes de la historia, incluyendo al Gato de Cheshire, este interpretado por su amigo Eriol Hiragisawa, que también usaba las mismas técnicas de desaparición del gato del cuento original.
  • En la serie anime y manga "Pandora Hearts" los protagonistas de dicha serie van a buscar al personaje princial femenino, Alice, que ha sido atrapada por el gato de Cheshire; esta vez con cuerpo medio humano, medio gato. En esta ocasión, Cheshire es una "Cadena" (Chain), creada a partir del recuerdo de Alice de su antiguo y fiel amigo Cheshire, su gato, que fue asesinado al igual que ella cuando era humana. Aun que en esta ocasión Chesire puede desaparecer y aparecer a su antojo, nunca sonríe y desaparece de repente.
  • En el episodio 13 de la serie Ouran Host Club en el que la protagonista, Haruhi, cae en el país de las maravillas, esta vez, el papel del Gato de Cheshire lo hacen los gemelos Hitachiin.
  • Existe una serie de manga llamada Alice in sexland publicada también bajo el nombre de Alice in sexland extreme, donde la trama es totalmente centrada en los episodios sexuales de los protagonistas inspirados en la obra. También existe otra serie de manga llama Heart no kuni no Alice, en el cual la protagonista termina en un mundo como el mundo de las Maravillas gracias a que el Conejo Blanco, llamado en el manga Peter White, se enamora de ella y la lleva allí por la fuerza. Este manga conserva a muchos personajes del libro de Alicia, entre ellos a Cheshire por supuesto, así como otros personajes nuevos, y de hecho, este manga deriva de un juego con la misma historia.
  • En el anime Saint Seiya: The Lost Canvas - Hades Mythology existe un espectro de Hades llamado Cheshire de Cait Sith.
  • En el primer ova del animé Kuroshitsuji II, titulado "Ciel in Wonderland", los personajes de la serie reinterpretan a los personajes de Alicia, es Grell Sutcliff quien hace del gato de Chesire; compartiendo ambos la característica sonrisa. El cuarto ova titulado "Ciel in wonderland - part 2" continúa esta historia.
  • En Los ovas del anime Hellsing, El personaje schrodinger es, según el mayor el gato de cheshire, pues aparece y desaparece, siempre con una sonrisa.
  • En el episodio uno de la quinta temporada de Gossip Girl, Yes then Zero, el personaje de Serena (Blake Lively) hace alusión a este gato diciéndole a Chuck Bass (Ed Westwick) que sonriendo así se parece al espeluznante gato Cheshire.
  • En Justicia Joven la hermana de Artemisa, Jade se llama Cheshire y usa la mascara de un gato sonriendo y en el capitulo Frente Domestico de la misma serie se sabe que el nombre es por el gato de Alicia en el país de las maravillas

Libros



  • El gato de Cheshire es el protagonista del relato corto La tarde dorada (Zlote Popoludnie, 1997), de Andrzej Sapkowski, donde es el rey de los gatos y relee la historia de Alicia desde su punto de vista, hasta convertirse en la verdadera inspiración de Lewis Carroll.
  • En la novela "La chica mecánica", de Paolo Bacigalupi, aparecen numerosas veces mencionados los cheshires, como pequeños seres que aparecen de las sombras y desaparecen de inmediato al paso de las personas.
  • En el Manga de Are You Alice? Chesire es un hombre-gato a cargo siempre de quien se nombra "Duquesa" y no tiene un hogar fijo, cuando conoce a Alice (en esta version es un hombre), le llena de dudas y lo ayuda de vez en cuando, pero nunca dice todo lo que sabe.
  • En el libro La larga marcha de Stephen King, aparece en el sueño de Garraty en el capítulo 16.


Música

  • "Cheshire Cat Smile" fue el primer sencillo de la banda de indie rock Milburn.
  • "El gato de Cheshire" (EGDC), es un grupo pop rock español que nace en Aranjuez en Enero de 2011.
  • «El gato de Cheshire» es el título de una canción del grupo de pop español Pauline en la playa, perteneciente a su álbum "Tormenta de ranas" (2001).
  • "Cheshire Cat" es el nombre del primer álbum de estudio de la banda de pop punk blink -182.
  • Radiohead en su canción "Jigsaw falling into place" hace una referencia a la sonrisa del gato.
  • En la canción "Alicia Maravilla" del músico uruguayo Eduardo Darnauchans se lo menciona.

Ciencias

  • En arqueología, se introdujo el nombre del gato de Cheshire por Paul Jacobsthal en la primera fase de los estilos de Arte celta (1944). Allí se encontraron en joyas etc. con motivos que parecen rostros "en un segundo vistazo". Jacobsthal comparó este efecto con el gato sonriente.
  • La sonrisa del gato esta en una ilustración de un planeta con gravedad variable en el libro de "Cosmos" de Carl Sagan. La sonrisa es aún visible en las fuerzas g de un agujero negro.
  • Principio del gato de Cheshire: En el modelo de bolsa quiral de Holger Bech Nielsen se proporciona un mejor ajuste a las propiedades cuanticas de un nucleón de baja energía en la bolsa (quarks y gluones), dentro de un 5 - 10 %, siendo casi completamente independiente del radio quiral. Esta independencia del radio de la bolsa se debe a los fermiones que aparecen y desaparecen como el gato de Cheshire.
  • En La celda como un hábitat de M. H. Richmond y D. C. Smith se utiliza al gato de Cheshire como métafora para comprender la naturaleza de las mitocondrias.

Otras apariciones

  • «El gato de Cheshire» aparece en los videojuegos Kingdom Hearts, Kingdom Hearts: Chain of Memories y Kingdom Hearts: 358/2 Days.
  • En el videojuego American McGee's Alice aparece una versión más oscura de este gato.
  • En el videojuego Bayonetta la protagonista nombra Cheshire a Luka en varias ocasiones y Cereza le da el nombre de Cheshire a su gato de peluche.
  • En el videojuego Silent Hill, aparece este y algunos personajes más en forma de placa en uno de los puzzles de la parte oscura del hospital.
  • En el videojuego Alice: Madness Returns, que es la continuación de American McGee's Alice aparece nuevamente para ayudar a Alice.
  • En el manga y el anime llamado Pandora Hearts aparece siendo uno de los enemigos de Oz Vessalius y su grupo.
  • En el videojuego Jazz Jack Rabbit 2, en un nivel adaptado a Alicia en el pais de las maravillas el gato aparece en el entorno.

Los gatos más felices del reino


Hay una teoría sobre el origen del Gato de Cheshire que algunos investigadores defienden como la más probable de todas las avanzadas. Se refiere a los gatos que vivían en el puerto de Chester, en el condado de Cheshire, famoso por sus productos lácteos y, en especial, por sus quesos.

Hasta finales de los años setenta hubo allí un monumento dedicado al Gato de Cheshire junto al río Dee donde mucho tiempo atrás había existido un almacén de quesos. Se decía que los gatos sentados en la dársena esperaban a que las ratas y ratones abandonaran los barcos que transportaban los quesos de Cheshire camino de Londres eran los más felices del reino y por eso sonreían.

Abrió la puerta y entró en la casa. La puerta daba directamente a una gran cocina, que estaba completamente llena de humo. En el centro estaba la Duquesa, sentada sobre un taburete de tres patas con un bebé en los brazos. La cocinera se inclinaba sobre el fogón y revolvía el interior de un enorme puchero que parecía estar lleno de sopa. [...] Los únicos seres que en aquella cocina que no estornudaban eran la cocinera y un rollizo gatazo que yacía cerca del fuego, con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Por favor, podría usted decirme —preguntó Alicia con timidez, pues no estaba demasiado segura de que fuera correcto por su parte empezar ella la conversación— por qué sonríe su gato de esa manera?
—Es un gato de Cheshire —dijo la Duquesa—, por eso sonríe [...]
—No sabía que los gatos de Cheshire estuvieran siempre sonriendo. En realidad, ni siquiera sabía que los gatos pudieran sonreír.
—Todos pueden —dijo la Duquesa—, y muchos lo hacen.
—No sabía de ninguno que lo hiciera —dijo Alicia muy amablemente, contenta de haber iniciado una conversación.
—No sabes casi nada de nada —dijo la Duquesa—. Eso es lo que ocurre.

[...]

Alicia tuvo un ligero sobresalto al ver que el Gato de Cheshire estaba sentado en la rama de un árbol muy próximo a ella. El Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a sonreír. Parecía tener buen carácter, pero también tenía unas uñas muy largas Y muchísimos dientes, de modo que sería mejor tratarlo con respeto.

Minino de Cheshire —empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba—. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
—Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar —dijo el Gato.
—No me importa mucho el sitio… —dijo Alicia.
—Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes —dijo el Gato.
—… siempre que llegue a alguna parte —añadió Alicia como explicación.
—¡Oh, siempre llegarás a alguna parte —aseguró el Gato—, si caminas lo suficiente!
A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer otra pregunta: —¿Qué clase de gente vive por aquí?
—En esta dirección —dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha— vive un Sombrerero. Y en esta dirección —e hizo un gesto con la otra pata— vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.
—Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca —protestó Alicia.
—Oh, eso no lo puedes evitar —repuso el Gato—. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
—¿Cómo sabes que yo estoy loca? —preguntó Alicia.
Tienes que estarlo afirmó el Gato—, o no habrías venido aquí.
Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas: —¿Y cómo sabes que tú estás loco?
—Para empezar —repuso el Gato—, los perros no están locos. ¿De acuerdo?
—Supongo que sí —concedió Alicia.
Muy bien. Pues en tal caso —siguió su razonamiento el Gato—, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.
A eso yo le llamo ronronear, no gruñir —dijo Alicia.
Llámalo como quieras —dijo el Gato—. ¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?
—Me gustaría mucho —dijo Alicia—, pero por ahora no me han invitado.
—Allí nos volveremos a ver —aseguró el Gato, y se desvaneció.

A Alicia esto no la sorprendió demasiado, tan acostumbrada estaba ya a que sucedieran cosas raras. Estaba todavía mirando hacia el lugar donde el Gato había estado, cuando éste reapareció de golpe.

A propósito, ¿qué ha pasado con el bebé? —preguntó—. Me olvidaba de preguntarlo.
Se convirtió en un cerdito —contestó Alicia sin inmutarse, como si el Gato hubiera vuelto de la forma más natural del mundo.
Ya sabía que acabaría así —dijo el Gato, y desapareció de nuevo.

Alicia esperó un ratito, con la idea de que quizás aparecería una vez más, pero no fue así, y, pasados uno o dos minutos, la niña se puso en marcha hacia la dirección en que le había dicho que vivía la Liebre de Marzo.

Sombrereros ya he visto algunos —se dijo para sí—. La Liebre de Marzo será mucho más interesante. Y además, como estamos en mayo, quizá ya no esté loca… o al menos quizá no esté tan loca como en marzo.
Mientras decía estas palabras, miró hacia arriba, y allí estaba el Gato una vez más, sentado en la rama de un árbol.
¿Dijiste cerdito o cardito? —preguntó el Gato.
Dije cerdito—contestó Alicia—. ¡Y a ver si dejas de andar apareciendo y desapareciendo tan de golpe! ¡Me da mareo!
De acuerdo —dijo el Gato.
Y esta vez desapareció despacito, con mucha suavidad, empezando por la punta de la cola y terminando por la sonrisa, que permaneció un rato allí, cuando el resto del Gato ya había desaparecido.
¡Vaya! —se dijo Alicia—. He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara que he visto en toda mi vida!
[...]

Alicia empezó a sentirse incómoda: a decir verdad ella no había tenido todavía ninguna disputa con la Reina, pero sabía que podía suceder en cualquier instante. “Y entonces”, pensaba, “¿qué será de mí? Aquí todo lo arreglan cortando cabezas. Lo extraño es que quede todavía alguien con vida! “Estaba buscando pues alguna forma de escapar, Y preguntándose si podría irse de allí sin que la vieran, cuando advirtió una extraña aparición en el aire. Al principio quedó muy desconcertada, pero, después de observarla unos minutos, descubrió que se trataba de una sonrisa, y se dijo:

Es el Gato de Cheshire. Ahora tendré alguien con quien poder hablar.

¿Qué tal estás? —le dijo el Gato, en cuanto tuvo hocico suficiente para poder hablar.

Alicia esperó hasta que aparecieron los ojos, y entonces le saludó con un gesto. “De nada servirá que le hable”, pensó, “hasta que tenga orejas, o al menos una de ellas”. Un minuto después había aparecido toda la cabeza, Y entonces Alicia dejó en el suelo su flamenco y empezó a contar lo que, ocurría en el juego, muy contenta de tener a alguien que la escuchara. El Gato creía sin duda que su parte visible era ya suficiente, y no apareció nada más.

Me parece que no juegan ni un poco limpio—empezó Alicia en tono quejumbroso—, y se pelean de un modo tan terrible que no hay quien se entienda, y no parece que haya reglas ningunas… Y, si las hay, nadie hace caso de ellas… Y no puedes imaginar qué lío es el que las cosas estén vivas. Por ejemplo, allí va el aro que me tocaba jugar ahora, ¡justo al otro lado del campo! ¡Y le hubiera dado ahora mismo al erizo de la Reina, pero se largó cuando vio que se acercaba el mío!
¿Qué te parece la Reina? —dijo el Gato en voz baja.
No me gusta nada —dijo Alicia . Es tan exagerada… —En este momento, Alicia advirtió que la Reina estaba justo detrás de ella, escuchando lo que decía, de modo que siguió—: …tan exageradamente dada a ganar, que no merece la pena terminar la partida.
La Reina sonrió y reanudó su camino.
¿Con quién estás hablando?—preguntó el Rey, acercándose a Alicia y mirando la cabeza del Gato con gran curiosidad.
Es un amigo mío… un Gato de Cheshire —dijo Alicia—. Permita que se lo presente.
No me gusta ni pizca su aspecto—aseguró el Rey—. Sin embargo, puede besar mi mano si así lo desea.
Prefiero no hacerlo—confesó el Gato.
No seas impertinente—dijo el Rey—, ¡Y no me mires de esta manera!
Y se refugió detrás de Alicia mientras hablaba.
Un gato puede mirar cara a cara a un rey —sentenció Alicia—. Lo he leído en un libro, pero no recuerdo cuál.
Bueno, pues hay que eliminarlo—dijo el Rey con decisión, y llamó a la Reina, que precisamente pasaba por allí—. ¡Querida! ¡Me gustaría que eliminaras a este gato!
Para la Reina sólo existía un modo de resolver los problemas, fueran grandes o pequeños.
¡Que le corten la cabeza!—ordenó, sin molestarse siquiera en echarles una ojeada.
Yo mismo iré a buscar al verdugo—dijo el Rey apresuradamente.

Y se alejó corriendo de allí.

Alicia pensó que sería mejor que ella volviese al juego y averiguase cómo iba la partida, pues oyó a lo lejos la voz de la Reina, que aullaba de furor.

[...]

Cuando volvió junto al Gato de Cheshire, quedó sorprendida al ver que un gran grupo de gente se había congregado a su alrededor. El verdugo, el Rey y la Reina discutían acaloradamente, hablando los tres a la vez, mientras los demás guardaban silencio y parecían sentirse muy incómodos.

En cuanto Alicia entró en escena, los tres se dirigieron a ella para que decidiera la cuestión, y le dieron sus argumentos. Pero, como hablaban todos a la vez, se le hizo muy difícil entender exactamente lo que le decían.

La teoría del verdugo era que resultaba imposible cortar una cabeza si no había cuerpo del que cortarla; decía que nunca había tenido que hacer una cosa parecida en el pasado y que no iba a empezar a hacerla a estas alturas de su vida.

La teoría del Rey era que todo lo que tenía una cabeza podía ser decapitado, y que se dejara de decir tonterías.

La teoría de la Reina era que si no solucionaban el problema inmediatamente, haría cortar la cabeza a cuantos la rodeaban. (Era esta última amenaza la que hacía que todos tuvieran un aspecto grave y asustado). A Alicia sólo se le ocurrió decir:

—El Gato es de la Duquesa. Lo mejor será preguntarle a ella lo que debe hacerse con él.
—La Duquesa está en la cárcel —dijo la Reina al verdugo—. Ve a buscarla.

Y el verdugo partió como una flecha.

La cabeza del Gato empezó a desvanecerse a partir del momento en que el verdugo se fue, y, cuando éste volvió con la Duquesa, había desaparecido totalmente. Así pues, el Rey y el verdugo empezaron a corretear de un lado a otro en busca del Gato, mientras el resto del grupo volvía a la partida de croquet.


Texto Original Alicia en el país de las maravillas (1865) de Lewis Carroll (1832-1898).